Viernes de limpieza y de la visita de la Regina para ayudar. Con su vestir sicalíptico, provocó nuevamente que un vecino en su tercer aire intentara conquistarla.

“¿De qué juguetería te escapaste, muñeca? ¡Hagamos maldades y ahorrémosle dos viajes a Santa!”. “¿Con usted? Seguro tiene déficit de ascención”. Callado quedó. “¿Cómo estás, Regina?”. “Bien, Don. Ahorrando para la Navidad. Estamos tan pobres, que este año les regalaré pilas a los niños con una nota que dice ‘Juguete no incluido’”. “Exageras”.

“No alcanza, Don. Además no entiendo por qué la Navidad es la única fiesta de cumpleaños donde todos, menos el festejado, tienen que recibir regalo”. “Es la costumbre, Regina”. “Sale muy caro, Don”. “Pues sí y más cuando el trabajo que hay, si tienes suerte, es mal pagado”.

“Por eso no voté en las pasadas elecciones, Don. Todos ofrecían mejores oportunidades y más trabajo. Trabajando 10 horas diarias de lunes a sábado, ¿para qué quiero más trabajo?”.

“Es verdad… Por cierto, Regina, ya pasaron los primeros 100 días del gobierno municipal”. “Ah… ¿Y cómo van, Don?”. “Bueno, los balances de los 100 días son como la primera cita para un hombre: puras esperanzas y pocos hechos”.