Viernes de limpieza y ayuda de la espectacular Regina. La esperaba uno de los vecinos. “Hola, preciosa”. “No empiece, don Camilo”. “Regina, te quería decir que de toda tú y tu belleza, te cambiaría solamente una cosa”. “¿Cuál?” “Si aceptas… el apellido”. La Regina lo ignoró.

“Llegas tarde, Regina” “Perdón Don, lo que pasa es que mi perro siempre corretea y muerde a la gente en bicicleta. Hoy mordió al comisario del pueblo”. “Vaya… ¿y lo encerraste?”. “No. Ya le confisqué la bicicleta”. “Qué chistocita eres, Regina. ¿Cómo estás?”. “Cansada, Don. Fui con mi primo Eusebio al Ayuntamiento a pedirle a un regidor un apoyo que prometió y no dio”. “¿Y cómo les fue?”. “Mal, Don. Llegamos y estaba todo muy callado. Le preguntamos al policía: ‘Disculpe, ¿por la tarde no trabajan?’

El policía contestó: ‘No… por la tarde ya no vienen. Cuando no trabajan es por la mañana’. Así que fuimos en vano”. “Es verano, Regina. Muchos deben andar de vacaciones. Ellos sí tienen el dinero para viajar”.

“Lo sé. Para que nosotros salgamos de vacaciones, hay que pedirle dinero a un banco, Don”. “Pues sí. Lo único malo es que los Bancos te prestan dinero sólo cuando les compruebas que no lo necesitas, Regina”.