¿Tu relación de pareja, ya llegó a su final?

Hay que aprender hablar, buscar un momento adecuado, respirar hondo y expresarle a la pareja nuestras inquietudes, dudas y problemas. Siempre hablando en primera persona, para evitar la confrontación.

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Este martes pasado fue 14 de febrero y valdría la pena hacer la pregunta: ¿Tu relación de pareja ya llegó a su final? Porque tal vez ese día pasó como un día más y no le diste su debida importancia. Tal vez ya se te olvidó que “El amor nace del recuerdo, vive con la inteligencia y muere con el olvido”.

La base de la patria es la familia y esa unión la da el amor que sus miembros se tienen entre sí. Qué importante es que los esposos manifiesten su amor y con su ejemplo eduquen a sus hijos. La relación de los cónyuges en el matrimonio nace y se sustenta gracias a un amor que permanece con el tiempo.

Sin embargo, con el paso de los años, los matrimonios empiezan a desimportarse y es cuando empezamos a pensar si esa relación ya ha llegado a su fin. En ninguna parte está escrito que el amor sea eterno y es claro que nada está hecho para que dure siempre, si no se alimenta.

Hay que saber manifestar nuestros propios sentimientos, y ser sinceros, así como saber hablar con la pareja. Con “esa persona”, que hemos compartido tantos años, y de pronto decirle que….hemos dejado de quererla. Ese miedo de hablar y decir lo que sentimos es algo natural, que como la niebla, solo se disipa a medida que avanza. “El temor en sí mismo, es siempre peor que aquello que se teme”.

Es por lo cual, que para superar el miedo a nuestros propios sentimientos, es esencial reconocerlos y afrontarlos, con un diálogo sincero con el cónyuge, y tratar de “hablar que aquello que no nos atrevemos a hablar”. Superar el miedo a herir los sentimientos del otro, es sobre todo, una cuestión de empatía y de responsabilidad. De empatía porque el otro, como nosotros, es un ser en crecimiento y búsqueda de su propio camino, que no tiene por qué coincidir con el nuestro. Y de responsabilidad, porque es un hecho, que no somos responsables de sus sentimientos, sino de los nuestros.

Hay que aprender hablar, buscar un momento adecuado, respirar hondo y expresarle a la pareja nuestras inquietudes, dudas y problemas. Siempre hablando en primera persona, para evitar la confrontación. Esto es, centrémonos en describir lo que sentimos, sin juzgar ni culpar. Al hablar hay que combinar la confianza y la ternura, pues ser sincero no implica ser grosero ni insensible.

Siempre tener en mente, que si no enfrentamos el problema lo más pronto posible, estamos privando al otro, del derecho que tiene en conocer la realidad de nuestra relación. Asimismo, le quitamos la responsabilidad de hacerse cargo de sus propios sentimientos, y sin querer, fomentamos la posibilidad de que ambos podamos abrirnos en el futuro con una tercera persona y ser infieles en nuestra relación.

Si, tal ves pasó el 14 de febrero como un día más. Pero si “usaste” ese día para dialogar, enamorar y crecer en el amor de pareja, ¿O fue un día más del año, y no le diste su debida importancia? 

¿Tu relación de pareja, ya llegó a su final? Tal vez no ha llegado a su final, más aún está por empezar una nueva etapa en su vida matrimonial, con un amor más maduro, sincero y lleno de aceptación. Eso será si es sazonado con diálogo, dedicación y confianza. Bien dice Anais Nin: “El amor nunca muere por causas naturales. Muere porque desconocemos como recargar su fuente”.

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