Respuesta
En este camino, puede haber diversas opciones para atacar un mismo problema.
Hace algunos meses, un amigo escribió en su cuenta de Facebook un fragmento tomado de la obra “Estudios Estéticos I (Diapsálmata. El Erotismo musical)”, del filósofo y teólogo danés del siglo XIX Soren Aabye Kierkegaard, que dice: “Una vez sucedió que en un teatro se declaró un incendio entre bastidores. El payaso salió al proscenio para dar la noticia al público. Pero éste creyó que se trataba de un chiste y aplaudió con ganas. El payaso repitió la noticia y los aplausos eran todavía más jubilosos. Así creo yo que perecerá el mundo, en medio del júbilo general del respetable, que pensará que se trata de un chiste”.
Y recordé ahora estas palabras porque me parecieron ideales para cerrar el ciclo de opiniones que en los últimos tres meses he estado compartiendo con ustedes en este espacio, acerca del cambio climático y sus características, algunas predicciones para el futuro, pero sobre todo de sus impactos en aspectos tan diversos como la salud humana, la infraestructura, el agua, la agricultura, los pueblos indígenas, los ecosistemas y los océanos.
Me pareció asimismo sorprendente la actualidad que pueden cobrar unas pequeñas frases, escritas por un hombre que nació el 5 de mayo de 1813 y que murió, a los 42 años, el 11 de noviembre de 1855, y que es considerado el padre del Existencialismo, por hacer filosofía de la condición de la existencia humana.
Hoy deseo reflexionar contigo acerca de nuestras respuestas, la mía, la tuya, las de todos. Tomar decisiones acerca de cómo abordar el cambio climático puede resultar complejo, y las respuestas requieren una sana combinación de acciones de mitigación y de adaptación. En el proceso que da soporte a la toma de decisiones, es necesario tener en cuenta los valores y las metas de las partes interesadas, mientras se está muy pendiente de la evolución de la información científica y las percepciones de riesgo que se detecten.
En este camino, puede haber diversas opciones para atacar un mismo problema, en esos casos hay que saber identificarlas y evaluarlas, aun cuando la información parezca compleja o incierta. Es imperativo fortalecer la confianza y la transparencia y generar con prontitud información acerca de los beneficios y los costos de las diferentes opciones, todo dentro de procesos colaborativos multi e interdisciplinarios.
Aunque puede ser de mejor calidad y amplitud, hoy ya existe cantidad de información acerca de las acciones de adaptación, aquellas que permiten gestionar y prepararse ante los impactos, y las de mitigación, es decir que reducirán en un futuro la continuación del cambio climático, como por ejemplo reduciendo sustancialmente las emisiones. Y esta información cada vez tiene un mayor alcance y es aceptada como válida. Sin embargo, los esfuerzos de implementación de dichas acciones son aún insuficientes para evitar las crecientes consecuencias negativas sociales, ambientales y económicas.
Es decir, nuestra respuesta aún está quedando corta, de mí, de ti, de todos, depende que por fin la convirtamos en acciones, o sigamos aplaudiendo jubilosamente al payaso.