Rock progresivo italiano

Reyes, mariposas soñadoras, caminos que se recorren en compañía de fauna animal y humana diversa...

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Nuevamente, en su edición número catorce, el suceso de Rock Progresivo más importante de América reúne a fervientes fanáticos  de este género musical. Como bien comenta Alfonso Vidales, presidente de  Baja Prog, A.C., “cada año es una festividad y deseamos con mayor ansia que los días se acorten para la llegada del festival”.  

Y tiene mucha razón porque el evento es sinónimo de reunión fraterna, reencuentro con amigos de diferentes países, la tersura y placidez de disfrutar cuatro días de comunión total con los intérpretes. 

Me parece especial subrayar esta vez la asistencia de cinco bandas de Italia, cuatro de ellas legendarias: Premiata Forneria Marconi, Museo Rosenbach, Osanna e Il Castello di Atlante. La sentida pasión por la lírica es una constante sobresaliente de la educación musical en dicho país. Se reconoce de inmediato por las grandes óperas, la canción napolitana, el pop y otras instancias. 

Por tanto, es destacable la calidad de los cantantes de estos grupos, herederos de una tradición que privilegia la voz como el instrumento más bello. Con toda justicia el progresivo italiano se cocina aparte y abarca con su distintivo sello una clasificación única en la historia. 

Las líneas melódicas, el desarrollo de los temas acompañados con cuerdas, poderosos teclados, guitarras melodiosas e incisivas, batería, bajo y percusiones, recrean historias de duendes y damas. Reyes, mariposas soñadoras, caminos que se recorren en compañía de fauna animal y humana diversa representan tan sólo algunas de las ideas del singular entusiasmo de los peninsulares. 

Disfrutando a Stefano “Lupo” Galifi, Francisco Di Cioccio, Aldo Vergamini y Lino Vairetti, se es testigo de un espectáculo vibrante que emociona por lo majestuoso de la interpretación, la empatía del público con las bandas y la tenaz voluntad de dejarlo todo en el escenario.

Mención aparte merece GNU Quartet, ensamble genovés nacido al amparo de PFM y New Trolls, que combina la investigación y el virtuosismo de una formación académica con una verdadera pasión por la música moderna. 

Violín, viola, cello y flauta transversa son la base de este singular proyecto que en ciertos momentos nos remonta a la belleza de Rondó Veneciano.

Es de agradecer a todas las instancias que hacen posible el baja Prog.

¡Vaya biem!

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