Salud humana

Los elementos clave que impulsan los impactos negativos en la salud humana incluyen una exposición al calor extremo que es cada vez mas frecuente.

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Los riesgos de afecciones en las vías respiratorias derivados de una pobre calidad del aire, la tensión generada por el calor, la cada vez más fácil propagación de enfermedades transmitidas por medio de insectos, de los alimentos y del agua, son solamente algunos de los riesgos que han registrado un importante incremento como consecuencia del cambio climático.

En grupos vulnerables de la población, tales como ancianos, niños, personas en situación de pobreza y otros, los eventos climáticos extremos frecuentemente derivan en consecuencias muy graves de afectación a su salud, incluyendo la salud mental, con incrementos en los estados de ansiedad y desórdenes de tensión post traumática.

Los cambios de gran escala en el medio ambiente debidos al cambio climático están aumentando el riesgo de que emerjan amenazas de salud que en algunas áreas del planeta se consideraban erradicadas o que simplemente ya no eran comunes.

Los elementos clave que impulsan los impactos negativos en la salud humana incluyen una exposición al calor extremo que es cada vez mas frecuente, intensa y duradera, lo que empeora la situación de sequía, incrementa el riesgo de incendios forestales y de contaminación de la calidad del aire, tormentas más intensas, cambios en los patrones de precipitación pluvial que llevan a inundaciones, sequías más severas y cambios importantes en los ecosistemas.

Como podemos observar, el cambio climático amenaza la salud humana y el bienestar de muy diversas maneras, ya sea generando nuevos riesgos o amplificando los existentes. Las acciones de salud pública y de protección civil, especialmente aquellas relacionadas con la preparación y la prevención, juegan un importantísimo papel en la protección de la población ante estos impactos. 

Sobre todo las acciones implementadas de forma temprana y previsora tienen el mayor potencial de ofrecer más grandes beneficios. Conforme las amenazas se incrementan, nuestra natural capacidad de adaptación ante futuros cambios podría verse mermada.

Y a veces minimizamos el riesgo de este tipo de impactos, por desconocimiento de las consecuencias o ausencia de estudios que arrojen datos certeros. En Yucatán todos los años ocurren incendios forestales, los cuales tienen impactos muy negativos en la calidad del aire, pero como no hay instrumentos ni el personal que haga las mediciones y evaluaciones correspondientes, pues no se convierten en una preocupación. 

Sólo como ejemplo, te contaré de un caso en el que esas mediciones sí se realizan con precisión y certeza: en el verano de 2002 ocurrieron unos severos incendios forestales en Quebec, Canadá, que dieron como resultado que los índices de concentración de partículas finas en el aire en la ciudad de Baltimore, que se encuentra más de 1,500 km al sur, se incrementaran en 30 VECES. Estas partículas finas son extremadamente dañinas para la salud humana. 

Anualmente entre 260,000 y 600,000 muertes están relacionadas con el humo de los incendios forestales y el incremento de la concentración de esas partículas en el aire que respiramos.

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