Quintana Roo es una entidad federativa del sur de México donde los contrastes entre la opulencia y la marginación son caras de una misma moneda; la explotación turística que inició hace medio siglo con la oferta internacional de Cozumel e isla Mujeres sentó las bases de un desarrollo sostenido en ese rubro, al que luego con éxito se sumarían los proyectos de Cancún y la Riviera Maya, no obstante aún persisten comunidades aisladas en donde el tiempo pareció detenerse: San Martiniano en el municipio de Lázaro Cárdenas y Chanchén en Tulum, son sólo la muestra de un botón.

Hablarles de política a los habitantes de Chanchén Primero y de Chanchén Palmar, es motivo de enfado y de apatía. Ambas comunidades están enclavadas en la selva quintanarroense, muy cerca del límite con el vecino estado de Yucatán, por lo que tradicionalmente se identificaron más con Valladolid que con cualquier otra ciudad o población de nuestro estado. En la primera se cuenta con 793 habitantes, mientras que en la otra suman 398; alrededor del 80 por cierto de sus moradores habla maya y el 18 por ciento son considerados analfabetas. En Palmar sólo hay 72 viviendas y para que entendamos más claramente su rezago histórico, podríamos decir que según datos del INEGI, hay cero computadoras. Son una comunidad pacífica; pero también saben defender sus derechos: el último día del año pasado retuvieron por más de ocho horas a un médico enviado por SESA, exigiendo que regresara el anterior enfermero que les atendía

San Martiniano no dista mucho de ser diferente a Chanchén. Está situado en el municipio de Lázaro Cárdenas, su población apenas rebasa los 300 habitantes, quienes en su mayoría sólo hablan la lengua materna (77.4 %). Viven esperanzados en gran parte a los programas asistenciales y tienen la intención de promover el ecoturismo. El poblado tiene más de 40 años de fundado y siguen esperando respuesta a las solicitudes presentadas para la reparación de sus calles que actualmente son brechas y caminos angostos y maltratados. Se duelen de sus autoridades locales, de quienes dicen que sólo llegan para prometerles y pocas veces cumplen. La primera piedra del parque del poblado se quedó sólo en eso.

La semana pasada tanto Chanchén como San Martiniano fueron visitados por José Luis Toledo Medina, candidato por la alianza PRI-PVEM al primer distrito federal electoral. Su gira no fue sólo de paso. El candidato jugó una cascarita de fútbol con los jóvenes, platicó con ellos, recorrió cada una de las casas y más tarde decidió que pasaría una noche en cada lugar, de la misma manera como lo hizo Luis Donaldo Colosio en Felipe Carrillo Puerto, en 1994. Se sabe que también ha pernoctado en Cancún y en Cozumel, en domicilios de lideresas de su partido, lo cual habla bien de él. No obstante, la sociedad en su conjunto espera ver algún día a un diputado federal por Quintana Roo continuar con esa línea de acercamiento con la población; ¿Será posible?