SANA, SANA, colita de rana

¿Si pago menos merezco un camión asqueroso, viejo y maloliente?

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Recuerdo este decir aparejado al  remedio para aliviar un golpe y, aunque la consabida sobada provocaba dolor, la solución aparejada al dicho llegaba a ser motivo de risa. Actualmente en el norte de Mérida recorren los lunes, miércoles y viernes flamantes camiones  recolectores de basura que coinciden con esa sana analogía.

Vehículos nuevos que dan el remedio y  reivindican tan importante asistencia a la comunidad. No las desastrosas inmundicias o unidades  averiadas de algunos prestadores de dicho servicio en esta ciudad. Por fin existe una empresa que ofrece una prestación decente y eficaz a la que habrá que animar para que se conduzca tal y como ha empezado. Se escuchan voces que critican el aumento a la cuota. 

Tal vez prefieren, porque no conocen la diferencia,  ver en su colonia a Servilimpia, Pamplona o Corbase,  como si el símil de la suciedad que conllevan  fuera el distintivo al que el ciudadano está acostumbrado.

Todos los habitantes de Mérida merecen y deben exigir el mismo trato y no transigir con propuestas vulgares y sucias que, más que marcar un ascenso en la calidad de vida, desean mantenerla en el estatus de mediocridad en que se encuentra actualmente

El costo de recoja de basura es diferente en  Monte Albán, Pensiones y la Vicente Solís y me parece razonable el subsidio en zonas que lo ameritan, pero, ¿es esto el motivo de la diferencia en la calidad del servicio? ¿Si pago menos merezco un camión asqueroso, viejo  y maloliente? Pensando en el costo de  una cerveza, cigarros, refrescos embotellados y ni  hablar de los alimentos chatarra, me pregunto si cualquier familia yucateca estaría dispuesta a dejar de gastar cinco pesos al mes  en esos productos y a cambio contar con un servicio eficiente y digno en el sensible caso de la recolecta de residuos. 

Porque las voces que se levantan ante una posible alza de las tarifas sirven a intereses que pretenden seguir  atentos al terrible espectáculo de contemplar la mugre como un sino fatal, en las lamentables unidades de instancias recoge basura.

Esta vez canta Enrique Quezadas: “Yo veo gobiernos de cumbias y moscas, que creen que la pobreza en México es normal. Con su mejor sonrisa cuando se equivocan. Deja que lo que ves te diga la verdad. Frente al espejo tendrías que estar…”.

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