Horas antes de las dos ejecuciones contra taxistas, el cuerpo diplomático acreditado en Quintana Roo visitó Solidaridad para dialogar con sus autoridades y conocer, de primera mano, cómo se brinda seguridad a los más de 4 millones de visitantes que prefieren este destino por sobre otros vecinos. 

Durante la reunión con el presidente municipal, Mauricio Góngora Escalante, y el secretario de Seguridad Pública, Rodolfo del Ángel Campos, los representantes de al menos 12 naciones y la delegada de Relaciones Exteriores en el Estado, Sylvia Saldaña Gutiérrez, quedaron convencidos de que esta zona se perciben entre los más altos índices de paz social.

No contaban, por supuesto, con las aparentes vendettas del crimen organizado, que ensucian un trabajo a prueba de todo, o casi todo. Aun así, los cónsules ven en ello “hechos aislados”, “típicas agresiones entre delincuentes”, “casos fortuitos”, aunque reconocen que es un problema para atender de inmediato. Y sí.

De hecho, estos funcionarios honorarios han expresado en innumerables reuniones su malestar por tratos irregulares contra turistas, de parte de choferes del transporte público, sobre todo de taxistas. Las acusaciones son diversas: desde precios excesivos, hasta agresiones verbales o abusos sexuales.

La mayoría de estos funcionarios son empresarios reconocidos en Quintana Roo, algunos ligados a la política, lo cual evidencia también una inquietud personal. Ello significa, además, que sus opiniones no siempre representan la postura del gobierno al que representan. No es, en todo caso, para relejarse.

Las ejecuciones ocurren en un momento crucial para el Sindicato de Taxistas “Lázaro Cárdenas del Río”, cuyos miembros se preparan para elegir a su próximo secretario, lo cual genera un ambiente más tenso de lo normal. Tenso, porque la grilla interna sube de nivel por dinámica natural, exacerbada con las gestiones de los dos contrincantes más visibles y debido a las intervenciones aún insuficientes de su líder, Jacinto Aguilar Silvarán.

No es secreto que los sindicatos de taxistas de la entidad han sido instancias infiltradas por delincuentes, aun cuando se han mejorado los controles de ingreso y el monitoreo. Por más programas y capacitaciones, los criminales se las ingenian y logran penetrar las estructuras consideradas más seguras. Lo hemos constatado en sindicatos como el de Benito Juárez.

La clave está en seguir combatiendo con medidas drásticas, firmes y de raíz, para no dar margen de acción a los que atentan contra los esfuerzos de las autoridades, quienes deben convertir estos hechos en oportunidades para la depuración completa de un organismo que, en ciertos tiempos, sobre todo electorales, es un gran aliado.

Hay que atacar cuanto antes ese foco rojo. Solamente de esa manera, Playa del Carmen podrá seguir ostentando condiciones de seguridad con tendencia positiva, con inseguridad de bajo impacto y plenamente identificada, y poder implementar más estrategias que confirmen el discurso de quienes presumen pocos riesgos.

En el encuentro, los cónsules reconocieron la voluntad del presidente municipal al priorizar políticas de seguridad, la atención al turista y la hospitalidad, que permiten disfrutar Quintana Roo como el paraíso que es.