Se me hace injusto

Aquí está pasando algo que tiene conmocionado no solo al país, sino al mundo. Somos un escándalo internacional.

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México entero vibra al ritmo de los 43 normalistas desaparecidos.

Sí, de repente se cuelan otros temas igual de escabrosos, pero prácticamente todos giran alrededor de esta noticia o de sus consecuencias o de sus protagonistas, sean del nivel que sean.

No se habla de otras cosas en las redes sociales, en las reuniones y hasta en los estadios de futbol.

Aquí está pasando algo que tiene conmocionado no solo al país, sino al mundo. Somos un escándalo internacional.

Por eso me parece imperdonable que en medio de esta crisis haya políticos que se aprovechen para hacerse promoción personal y que nadie diga nada, como es el caso de Arturo Núñez Jiménez, el gobernador de Tabasco.

Se lo voy a contar tal y como lo viví: ahí estaba yo, como usted, buscando información sobre los estudiantes, tratando de revisar las últimas notas, los análisis.

Y de repente, entrando a algunos de los más populares portales nacionales, que me encuentro, por encima de todos, de absolutamente todos los horrores, con que Arturo Núñez es lo máximo.

Primero pensé que se trataba de un caso especial por el tema de su segundo Informe de gobierno de este hombre, pero no. Las notas no eran ni sobre el Informe ni sobre el estado de Tabasco, eran sobre don Arturo.

Luego me voy a las estaciones de radio y, casualmente, todos los cortes informativos en estos tiempos revueltos, o estaban patrocinados por el señor o, casualmente, estaban dedicados a ponerlo como el máximo gobernante del universo.

Yo creo que hay un momento para todo y, definitivamente, éste no es un momento para utilizar a los medios para efectos de promoción. ¿O me equivoco?

No, pero espérese porque esto se pone peor. Ya, en la cúspide del cinismo, me pongo a monitorear los más importantes noticiarios nacionales de la televisión abierta y justo cuando estaba comenzando, ¿cuál era la nota?

No, no era lo de los normalistas, no era lo de las investigaciones, no era lo de las reacciones ni lo que estaba pasando con la larga lista de políticos que aparecen cuando discutimos este tema. Era Arturo Núñez.

¿Y las críticas? “Bien, gracias”. Tan rápido como pude me fui a buscarlas y nada. Nadie se mete con don Arturo, a nadie le llama la atención, nadie lo cuestiona. Nada.

¿Por qué? ¿Porque el señor es del PRD y los políticos de ese partido sí tienen permiso de los más doctos analistas políticos de la nación para hacer lo que se les dé la gana?

¿Como la autopromoción viene de la izquierda, ahí sí se vale jugar sucio?

Se da cuenta de lo que está pasando aquí. ¿Qué hubiera pasado si algún otro gobernador de algún otro partido hubiera hecho algo parecido?

Lo hubieran quemado en leña verde, lo estarían haciendo pedazos de principio a fin, pero como el señor Núñez viene de otro lado, ahí sí, que se sirva con la cuchara grande.

Ahí sí, que nadie diga nada para ver si es chicle y pega y se van colocando otros nombres rumbo a las elecciones intermedias del próximo año más lo que se acumule rumbo a 2018.

Perdóneme, por favor, por detenerme en este punto cuando las cosas están tan rudas en el panorama nacional, pero así como ya me cansé de la violencia y de la impunidad, también ya me cansé de esto.

Me preocupa que, como la mayoría de los hombres y de las mujeres de nuestro país están tan concentrados en la nota de los normalistas, nadie o casi nadie se esté percatando de que por ahí, la izquierda, poco a poco, nos está metiendo otras agendas.

¿A usted no se le hace demasiada casualidad que esa corriente, la que más se preocupa por denunciar esta clase de irregularidades, sea la que esté más callada ante la nada sutil campaña de autopromoción de este personaje?

¿A usted no le brinca que esa gente, que es la que más está moviendo las aguas en estos tiempos oscuros, finja demencia ante esta historia, que la vea como algo normal, como algo que debe ser o que simple y sencillamente no la vea?

Se me hace injusto y, lo más triste de todo, patético. ¿O qué, caer en esto no es repetir el esquema publicitario de los enemigos de la izquierda? ¿No es morderse la lengua? ¿No es manipular? ¿No es mentir?

México entero vibra al ritmo de los 43 normalistas desaparecidos, pero no cerremos los ojos ante lo demás. Aquí están pasando cosas raras y nadie las quiere mirar. ¿O usted qué opina?

¡atrévase a opinar!

[email protected]

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