Seis tips para acabar con los matones de Twitter
Repetir en las redes las sandeces dichas en privado no significa que quien lo hace sea sincero.
A propósito de la increíble y cándida historia de #LadySenadora referí ayer un artículo sobre el insulto en las redes sociales. El del periodista y escritor italiano (autor de Gomorra), Roberto Saviano, “Fuera matones de nuestro Twitter”.
Saviano parte de premisas sencillas para arribar a conclusiones que, por su sentido común, se vuelven ejemplares. Dice que hay un esfuerzo continuo en el mundo del Twitter para dar con la ocurrencia brillante, que a menudo es feroz. De ahí se nutre la esencia agresiva, violenta, cruel de los tuiteros parásitos.
En vez de tirarse al piso o disparar contra soeces y crueles, sugiere recordar que la educación en las redes está naciendo y dibuja esta suerte de guía:
*Las críticas son siempre bienvenidas; los insultos, no.
*Es absolutamente justo y democrático banear al agresor.
*El insultador, en realidad, quiere vivir de la luz reflejada por el insultado.
*Insultar en las redes no es una libertad, mucho menos una libertad de expresión: es difamar.
*Repetir en las redes las sandeces dichas en privado no significa que quien lo hace sea sincero y los demás hipócritas, sino, sencillamente, que es mal educado y, en muchos casos, irresponsable.
*El lenguaje soez, el insulto o la agresividad no construyen una sociedad más sincera, sino una peor sociedad. Seguramente más violenta.
Saviano propone, en fin, marginar, que no reprimir, a los agresores: “El que quiera usar la red social para hacer matonismo mediático podrá abrir su fight club personal, sin nutrirse, como un parásito, de la fama de los demás”.
Sencillo, claro, rotundo y útil, ¡chapeau, signore Saviano!