Nada hay tan hermoso como el placer de tener un verdadero amigo, aquel que te causa alegrías y enfados, que está para ti en todo momento.

La amistad trae implícitamente al amor, la lealtad, la confianza y los buenos deseos. Si tu amistad no trae esto, entonces es simplemente compañerismo, pues un amigo es aquel que está ahí para apoyarte y también para criticarte de frente constructivamente, es aquel que te acompaña aun en tus caídas sin poner condiciones.

Recuerdo la frase de Don Bosco, patrono de los magos: “No consideres como amigo al que siempre te alaba y no tiene el valor para decirte tus defectos”, porque con el amigo puedes discutir pero también reír, disfrutar y saborear lo hermoso de la vida.

Dicen que los amigos se cuentan con los dedos, por ello le agradezco a quienes siempre han estado junto a mí por apoyarme y sacarme sonrisas. Gracias por dejarme entrar en sus vidas, ustedes de verdad le dan un sentido a la mía.

No perdamos contacto con nuestros amigos, la amistad se alimenta con el tiempo, no basta con charlas por Whatsapp o salidas de fiesta, hay que darnos el tiempo de platicar a solas, de fomentar una verdadera confianza interpersonal que vaya más allá que el LIKE de Facebook.

En la familia y en la relación de pareja también debe de existir amistad, otorguémosles el poder conocer más sobre nosotros, es excelente cuando nos abrimos a los demás y externamos nuestros sentimientos. 

La amistad es un cúmulo mágico de buenos deseos, tratemos a nuestros amigos como deseamos ser tratados, formemos un país donde la amistad sea el fruto de nuestras buenas acciones.