Sí a la vida

Los momentos de depresión son constantes gracias a los pesares de la vida, pero hay más razones para sonreír.

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Si vivir fuera sencillo no sería tan divertido. La vida es tratar de sobrevivir a las peripecias que se presentan en nuestro caminar, es saber gozar, amar, reír y también llorar, sufrir y hasta a veces odiar.

Es ir cada vez más lejos, es una batalla que no tiene fin si nos comprometemos con la trascendencia, si realmente deseamos ser seres para la eternidad. Nuestros actos no deben simplemente ser para un momento, debemos de planear bien lo que está por venir y cómo queremos ser recordados. Nunca es tarde para comenzar la carrera de nuestra vida, ponernos retos, cumplirlos; la lucha por quitarse las espinas de los pies en cada ocasión que caemos en un camino tortuoso. La vida son obstáculos a superar que nos traen dicha, son momentos de soledad pero también de compañía, de tener una mano amiga y una sonrisa de la cual nace la gratitud, el amor y la paz.

¿Cómo entonces privar a alguien de la vida? Nunca podemos esperar nada de nadie porque todos somos capaces de hacer cosas increíbles, de hacer verdaderos cambios inimaginables. Jamás podemos privar a alguien de ser quien puede llegar a ser porque estaríamos perdiendo un tesoro muy valioso. 

Los momentos de depresión son constantes gracias a los pesares de la vida, pero hay más razones para sonreír, simplemente tenemos que buscar un poco más, debajo de las piedras para hallarlas. El ser humano no es perfecto, somos buenísimos para cometer errores pero también para repararlos.

Mientras haya vida lo hay todo, porque cada día que despertamos es una nueva oportunidad de salir adelante, de crear cosas nuevas, de hacer cambios en nuestra vida y en la de otros. Se vale soñar así como es permitido enloquecer por tus sueños y aprovechar cada instante. ¡Qué mágica es la vida! Por eso, hay que vivirla.

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