Signos de la posmodernidad

Muchas personas frente a una obra artística nos comportamos como agudos críticos de arte, pero en la mayoría de los casos entendemos nada de pintura.

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¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón! Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón...-Letra del tango 'Cambalache' de Enrique Santos Discépolo

Seguramente el lector se acuerda de aquel cuento infantil de los sastrecillos defraudadores que le venden la idea al rey de traer telas finas, pero tan finas que sólo la gente inteligente las vería, por lo que el rey se manda a confeccionar con ellas un 'hermoso traje' para estrenarlo durante el desfile del pueblo. Como 'radio-pasillo' corre la voz por el reino y todos los súbditos están enterados de la idea de la 'tela maravillosa'.

Hasta que a la hora del desfile un inocente niño grita: 'El rey está desnudo', aparentemente era el único tonto del reino. Mientras los sastrecillos defraudadores huían por el traspatio.

Viene a colación este cuento porque en muchas ocasiones sucede esta psicología colectiva que hace que muchas personas frente a una obra artística nos comportemos como agudos críticos de arte, no obstante, en la mayoría de los casos, no entendemos nada de pintura artística. 

Hace aproximadamente 120 años Friedrich Nietzsche anunciaba el inicio de la posmodernidad al identificar la falta de razón, de intelectualidad en racionamientos filosóficos, artísticos, literarios, culturales, etc. Durante años la razón fue el corazón de la argumentación filosófica. Quizá Kant es uno de sus máximos exponentes. Esto ha sucedido desde aquel entonces hasta nuestros días. Los ejemplos son muchos. En la pintura tenemos el expresionismo, el cubismo, el surrealismo y otras manifestaciones más enfocadas a expresar sentimientos y visiones personalísimas que el intento de plasmar lo razonable o como diría Kant en busca del imperativo categórico. 

El cuento del que habla nuestro colaborador se llama El traje nuevo del emperador y es de Hans Christian Andersen (1805-1875), famoso autor de relatos  para niños nacido en Odense, Dinamarca, entre cuyas obras están, aparte de éste, El patito feo, El soldadito de plomo, La sirenita y La reina de las nieves, tres de éstos adaptados al cine por la productora Disney, y Frozen: el reino del hielo. Sus cuentos han sido traducidos a más de 80 idiomas y adaptados para obras de testro, ballets, dibujos animados y recientemente a juegos cibernérticos. Andersen murió en Copenhague- Nota 

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