¿Silencio productivo?

Los políticos llegaron tarde al mundo de las redes sociales, apenas están aprendiendo; la duda es: ¿conseguirán votos con eso?

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Desde el inicio del año,  el anuncio de cursos, talleres, seminarios y simposios sobre marketing digital y político comenzaron a rondar el entorno, porque los equipos de los candidatos necesitan y a algunos ¡les urge! una preparación en el tema del aprovechamiento de las redes sociales para llegar al segmento más codiciado del electorado: los jóvenes, quienes no reciben los mensajes de manera tradicional,  porque su principal herramienta de comunicación es el teléfono inteligente.

En este sentido, mientras transcurre el periodo de silencio para los partidos (que termina el 4 de abril), éstos se encuentran en sus bunkers preparando la estrategia  y  formándose para hacer más eficientes su labor “digital”;  se les puede ver por grupos en los espacios formativos.

Claro el tiempo apremia y, en pleno 2015, todavía existen instituciones políticas que no saben manejar las redes sociales de sus candidatos, abren cuentas en todas las plataformas, sin objetivo, sin vocación, a muchos se les nota el desconocimiento de su función, pero sobre todo del perfil de los usuarios, quienes lo menos que desean ver en sus “muros” o time lines (líneas del tiempo)  es propaganda política o saber qué desayunó tal o cual “aspirante”.

En días pasados, en Mérida, tuvo lugar un seminario de marketing político, impartido por líderes en el tema, donde se dieron a conocer casos de éxito y fracasos de tamaños catastróficos que suceden en las campañas. Allí revelaron estudios de Consulta Mitosfky que indican que 7 de cada 10 ciudadanos saben por quién votar desde antes de que comiencen las campañas, el resto se trata de los votantes que pueden cambiar su elección en cualquier momento, en este sector predominan los jóvenes, y el reto de los  partidos es persuadirlos a través de la pantalla que más consultan: el smartphone.

Ese tres por ciento indeciso es el botín que podría ser la diferencia y saber cómo dirigirse a ellos es un gran paquete, porque estos ciudadanos–usuarios tienen un gran apego al dispositivo móvil: según estudios de la misma firma, en el sector de 18 a 29 años, el 78.7 por ciento duerme con el celular, el 75.5 lo lleva al cine y el 56.2 por ciento al baño.

Aunque todo es aparentemente claro, los políticos llegaron tarde al mundo de las redes sociales, apenas están aprendiendo; la duda es: ¿conseguirán votos con eso? No basta con “estar” en el entorno digital, porque allí  los seguidores son más críticos y directos. ¿La solución? Deben construirla, pero al menos todavía faltan otros cursos.

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