Estamos ya en junio, se acaba el primer semestre del año y más allá de los anuncios federales de fortalezas en seguridad, en la realidad siguen golpeando por igual a empresarios y empleados los efectos de las nuevas reformas fiscales; los puntos a favor son cada vez un pendiente más grande.

Si bien es cierto que los diputados federales y senadores “se blindaron” con las declaraciones de que los beneficios se verían en el corto plazo, 2015 ó 2016. Lo cierto es que los resultados de lo que hicieron no se perciben en ninguna mejoría, por si fuera poco la mayoría de la población ha sido golpeada por los incrementos de varios insumos básicos en la cocina.

El SAT no cumple con la devolución a tiempo de los saldos a favor de las empresas, las trabas son muchas y el pago se tarda hasta más de un año, si hay suerte; pero además se han encontrado cinco puntos negativos que impiden a esa dependencia resolver a favor del contribuyente y por si fuera poco se ha detectado que asumen políticas de “terrorismo fiscal” contra quienes osan quejarse contra el SAT y sus prácticas.

Según el dicho, el buen juez por su casa empieza, entonces ya va siendo hora de empezar a ver ese orden que ayude, no vaya a resultar que al rato se modifiquen las metodologías del Inegi, para tratar de justificar el incremento de la economía informal.