Sobre zorros, caballos y otros bichos

El perro fue el único mamífero doméstico que tuvieron los antiguos mayas y se lo comían.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

¿Sabía usted que el animal llamado “zorro” en Yucatán (ooch, en maya) sí es muy zorro, pero zoológicamente no es un zorro?

Es zarigüeya y pertenece a la familia de los didélfidos, del orden de los Marsupiales. Los españoles le llamaron así por su astucia “haciéndose el muerto” y despidiendo un olor hediondo cuando se encuentra en peligro extremo; actitud con la que sorprende a quien lo intenta maltratar. En el centro del país le dicen tlacuache, del náhuatl tlacuatzin. Hay quienes malamente lo matan a trancazos. El verdadero zorro es el ch’omak o gato montés del género urocyon.

Los mayas yucatecos designaron tsíimin al caballo traído de España, por su parecido con el tapir o danta, casi extinguido desde ya hace mucho tiempo en la región. El caballo y el tapir están zoológicamente emparentados, ambos pertenecen al orden de los Ungulados (con pezuñas) y  el tapir llega a pesar entre 150-300 kilos. 

Algo similar sucedió con el gato doméstico, traído por los españoles, quienes en ese entonces le llamaban misho, de mizo, arcaísmo español, según el DRAE. Así surge la voz maya miis, para designar al gato. Otro préstamo del castellano al maya es wakax para nombrar al toro o vaca y que los mayas yucatecos tomaron de la pronunciación vacaš [vacash]. 

El perro fue el único mamífero doméstico que tuvieron los antiguos mayas y se lo comían. La Relación de Mérida (1579) dice que en Yucatán había dos clases de perro, pero ninguno ladraba. Uno servía de alimento: “Hay perros naturales de esta tierra, que no tienen pelo, ni ladran, que tienen los dientes ralos e agudos, las orejas pequeñas y levantadas y que llamaban kiikbil”.

En náhuatl, xoloitzcuintli. Se dice que también los españoles gustaron de su carne. Aquéllos se aparean con los perros españoles, engendran y los que de ellos proceden, ladran y tienen poco pelo; son los que hoy se conocen con la voz maya malix, sin raza. Pero según el Diccionario de Motul también “los mayas tenían otra clase de perro con pelo corto pero tampoco ladraba y era del mismo tamaño que los demás” y que llamaban tzotsom o tzotsim pek’ (Lit. “perro con pelos”).

Otros mamíferos domésticos traídos por los españoles son el cerdo, la oveja y la cabra. Para mayor información véase el libro ¿Lo ignoraba usted? de don Alfredo Barrera Vásquez.

Lo más leído

skeleton





skeleton