Conflictos.- Históricamente podemos afirmar que, desde su origen, la convivencia humana en sociedad tiene como parte de sí los conflictos. Es así como tampoco puede quedar inadvertido el surgimiento del castigo, que casi de manera instantánea nace como una forma de control social o una estrategia para aplicar una sanción.

Con independencia del momento en el que surgen los conflictos y el castigo, son sólo las condiciones sociales de cada época las que han definido la forma y el tipo de consecuencias, su manera, su medida, tamaño y proporción; en relación con eso referiremos que en el mundo occidental algunos de esos instrumentos han sido la venganza privada o pública, la ley del talión, el código Hammurabi, la ley mosaica, las doce tablas y los tiempos de la santa inquisición, de esta última destacan las facultades procesales que poseía una sola institución: investigar, enjuiciar y ejecutar las penas. El cambio significativo que se da para regular las consecuencias surge una vez llegada la época de la Ilustración, momento en el que cambia la dinámica, ya que se humanizan los procesos judiciales y se fortalece la dignidad humana, surge una forma de control en la aplicación a través de la “proporcionalidad de las penas”. 

Sin embargo, postulando que el objetivo específico del sistema penal consiste en seleccionar, perseguir y sancionar los comportamientos ilegales que se diseminan a lo largo del cuerpo social, debemos referir de igual forma la existencia de una perspectiva según la cual la criminalidad sería un fenómeno fundamentalmente patológico o disfuncional que los agentes de control social tendrían por función erradicar. 

Entender.- La búsqueda de soluciones para los conflictos sociales ha sido interminable, en la actualidad la transformación normativa es ya una realidad, pero también lo es la existencia de diversos problemas sociales que imposibilitan o dificultan la correcta convivencia social; entre esos problemas destacan: el alcoholismo, la pobreza, la drogadicción, por mencionar algunos. Por ello resulta importante entender si existe sólo la necesidad de seguir atendiendo la parte normativa sin considerar la social; hablando desde el punto de vista jurídico y de atención a los conflictos y sus consecuencias, o conocer el origen de los problemas sociales para atenderlos de manera integral con soluciones que logren contener o reducir el índice de criminalidad de manera duradera.

Finalizando.- La modificación de la ley penal y sus procesos se ha enfocado a fortalecer la dignidad de las personas en un marco de legalidad y transparencia de los procesos, poniendo límites a quienes infringen la convivencia social; Yucatán no es la excepción, continúa su evolución normativa y modificación estructural, los pasos dados son con rumbo firme. Sin embargo, precisamente debido a esa transformación y dignificación humana contenida en las normas penales vigentes valdría la pena la siguiente reflexión: ¿son suficientes las modificaciones a las leyes o es necesario atender el aspecto social y humano para detener la descomposición social?