¿Soy mamón o te vale?

Si hubiera sido un poco más listo o menos pasado de copas, el exgóber chilletas tendría que haberse puesto populista frente a la prole.

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Es lo que parece haber pensado el químico-mágico-musical Granier al apersonarse en la SEIDO con su aplomo de papaloy de verdad, iba echando tiros. Pero, en un acto de sobrada humildad, no llegó con vestimentas compradas en Rodeo Drive —cuyas fuerzas vivas están organizando marchas para que no se les acaben los clientes como él y la Gordillo—, sino con gallitos del mercado de Coruña y Milano, así como lentes de sol de auténtica imitación de Ray-Bans. Todo para destantear al enemigo. No fueran a salir los adictos a la austeridad republicana a decir que venía llegando de los teleofertones de Neiman Marcus. 

Aunque, si hubiera sido un poco más listo o menos pasado de copas, el exgóber chilletas tendría que haberse puesto populista frente a la prole y decir como si fuera Chepo de la Torre afirmando después de unos de los peores partidos de la historia que no renunciará, menos ahora: “Ustedes son la horma de mis 400 zapatos, por eso se los regalo”. 

Tampoco hay que espantarse. Así son los procesos de investigación de quienes viven la dicha inicua del enriquecimiento inextricable. Sobre todo cuando de manera ostentosa los señalados mandan a todos a volar y dicen que yo no fui, sin que la autoridad diga lo contrario y hasta reconocen que no tienen elementos, que el debido proceso, que a lo mucho le aplicarían a Granier la prueba Enlace. Digo, cuando la prueba a la que la deberían de someterlo es a la de El Torito. 

Como sea, lo más motivante del show es que fue a declarar —sin que nadie se lo preguntara específicamente en la haiga SEIDO como haiga SEIDO— que es tan bueno, tan santo y tan puro  (luego de contar todas sus enfermedades) que en cualquier momento la laica alcadesa de Monterrey le va a entregar las llaves de la ciudad.

Así, fue tal el espectáculo de su declaración, con melodrama ranchero incluido como si fuera el Pepe El Toro del peculado, que lo único que le faltó fue su declaración patrimonial que, según fuentes con Ferrari incluido, estuvo hecha en un after.

O sea, mal haría el gobierno peñanietista que, luego de haber sido recibido en México cual si fuera Alejandra Guzmán luego de haberse operado las nachas, lo dejaran escapar como hicieran los panistas con el afamado señor Moreira de la moreiriña. Hasta el momento de redactar estas líneas, la PGR quería arraigar al ex góber, pero no se sabía si Granier les seguiría la corriente al ritmo de “¿Soy mamón, o te vale?”. 

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