Soy un volcán, soy un anarco apagado

El PRD ya no solo patalean por la reforma energética quesque porque es apátrida y vendepatrias, sino por la reforma política.

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Hay quienes por ansiedad e inocencia se sorprendieron al ver que Chayito Robles retornara a la palestra ataviada a la usanza indígena en un acto solidario y de sacrificio; cómo sería la naturaleza comprometida de la señora secretaria que hasta renunció por unas horas a sus más entrañables colaboradores: Louis Vuitton y Chanel.

Otros también se sacaron de onda porque el Piojo Herrera en su confirmación como director técnico del Tri no trajera consigo al mejor jugador americanista: el poste que los salvó de ser derrotados por los Tigres. Y los más no encontraron solo estupor cuando supieron que don Norbeto Rivera anunciara, para no ser menos que sus colegas perseguidos por el narco, que había sufrido extorsión.

Para buena parte del público conocedor, lo verdaderamente raro fue que los anarquistas solo rompieran algunas vidrieras y no se pelearan con sus archienemigos, los hoy tan humanistas granaderos. Quizá se deba a que estaban medio chípiles porque ninguna organización social quiso alternar con ellos aplicándoles el bullying de la ley del hielo. En cualquier momento los anorcos irán a la CNDH para declararse grupo vulnerable por discriminado.

A mí lo que me tiene azorado es el PRD, ahora que están cambiando los paradigmas como diría Peña. Y para que no digan que el partido es un satélite del PRIcámbrico temprano, que ya se aburguesó, que es más blando que el Cruz Azul y que ya se le olvidó disentir, se pone anarquista y rompe todas las mesas, se baja de todas las tarimas y señala con índice de fuego a panistas y priistas por igual, en un acto que no se sabe si es homenaje a los anarquistas o a López Obrador.

Ya no solo patalean por la reforma energética quesque porque es apátrida y vendepatrias (no necesariamente en ese orden), sino por la reforma política. Según ha dicho Camacho Solís, lo que molesta no son las formas, el intercambio de fluidos en los oscurito entre PAN y PRI, ni la proximidad del mayoriteo, sino que las resoluciones, transformaciones y propuestas apenas se llevarán a cabo hasta el 2018. O sea, ¿acaso no saben que el chiste es hacer cumplir la ley en los bueyes de mi compadre?

Como sea, la izquierda se reacomoda y a través de Monreal, Aureoles y Bartlett llaman al PAN a hacerle caso al subjefe Diego cuando dice que las reformas no deben ser ni patrioteras ni vendepatrias. Fernández de Cevallos, en su defensa de Pemex, parece que quiere rebasar al Peje por la izquierda. ¡Qué loco chavo! 

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