Los Venados de Yucatán mantienen viva la llama del milagro que significa entrar a la Liguilla. Los astados se encuentran en el décimo quinto lugar de la tabla a falta de 5 encuentros y sólo a 5 puntos de la última posición clasificatoria.

Los partidos que les restan a los dirigidos por el “Chelís” serán sin duda trepidantes, en virtud del buen paso que han mostrado en los encuentros recientes: victoria de visitante contra Tampico- Madero, victoria en casa contra Murciélagos, empate de visita contra la UdG y victoria en el Iturralde contra Cafetaleros.

De mantener este paso, los yucatecos sólo necesitarían conseguir alrededor de 10 de los 15 puntos restantes para colarse a la siguiente fase. Esto no suena tan descabellado pensando que los 3 juegos en casa se ganen. De ahí la importancia del partido de este viernes en contra de Lobos BUAP.

Los poblanos llegan al juego con una mala racha de 4 cotejos sin conocer la victoria y con un nuevo entrenador. En mi opinión, es la oportunidad perfecta para darle la estocada a un conjunto que en los recientes años se le ha complicado a los Venados y que un resultado positivo resultaría en 3 puntos vitales para alcanzar el objetivo de Liguilla.

Así como Santos en el Clausura 2015, si los ciervos consiguieran colarse a la fase final, serían un equipo que metería miedo: llegarían enrachados, con una delantera encendida y con un nuevo aire gracias al “Chelís”.

Faltan emociones, un largo camino y algo de suerte, sin embargo, con un equipo motivado y bien dirigido la vela de cada uno de los aficionados yucatecos sigue prendida.