'T-1', sinónimo de esperanza y vida

Quisiera no dejar pasar, a manera de analogía, que esperanza y vida se dan todos los días en hospitales..

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En pocas horas muchos de nosotros estaremos reunidos alrededor del nacimiento, símbolo de esperanza y vida del católico. Evento que taladra y recalca que de forma incuestionable familia, amor, unión y solidaridad -más allá de la consanguinidad- son puntales insustituibles de nuestro efímero transitar mundano.

Posterior al tradicional brindis y las obligadas fotos, nostálgicamente nos percataremos de que algunos ya no aparecen en las impresiones digitales. Lágrimas de alegría o de tristeza correrán por los rostros del yucateco, pero siempre arderá la llama del perdón y la humildad, cuyo ejemplo nos dejó como legado el Creador.

Quisiera no dejar pasar, a manera de analogía, que esperanza y vida se dan todos los días en hospitales. Lucha, dedicación, energía, experiencia, juventud y tesón se amalgaman para cristalizar esfuerzos conjuntos por preservar la vida. Qué maravilla contar con tecnología de punta al servicio del doliente, máxime si se trata de un recién nacido enfermo o desvalido.  Por todo ello, admiro y ensalzo cualquier entrega que,  allende la adversidad económica, se sobrepone con madurez y profesionalismo a conocidas  posturas insensibles  de normativos y burócratas.

Déjenme decirles que recientemente asistí a la inauguración de la sala de neonatos del HGR No 1 del IMSS (T-1). Infraestructura primermundista, como lo merecen quienes muchas veces menos tienen. ¡Qué mañana de contrastes!, por un lado vi la sonrisa satisfecha de su actual titular, doctora joven y entusiasta que, por mucho,  opacaba el adusto rostro del soberbio. Aplaudo este gran paso, que progresivamente busca dejar atrás una lastimosa dependencia.

Asimismo, me permito transcribir parte del discurso inaugural, hablando de los neonatos que se beneficiarán con la millonaria adquisición: “80% requerirá atención de cuidados  intensivos, esto sin tomar en cuenta al recién nacido de término enfermo o grave. Durante nueve años en este hospital se han atendido alrededor de 36,000 mil partos, y he de reconocer la lucha continua del personal médico y de enfermería que sin cejar, día tras día, ansioso busca la atención neonatal de excelencia, sin importar las carencias”. Camino dificil habrá que allanar. ¡Suerte y muchas felicidades!

Para concluir, quisiera invitarlos la noche de hoy a disfrutar la  convivencia familiar. Recuerda que lo material no importa si va el corazón por delante.  De presunciones y relumbrón tengo mucho que contar. Por favor, eviten a expertos en zancadillas y maquillajes, aún falta mucho que escribir. Hoy  quiero desearles una “muy feliz Navidad 2015”.

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