Talleres educativos en Pisté

Con el fin de concientizar a la comunidad para conservar los bienes arqueológicos y culturales de los mayas, informando sobre la necesidad de cuidar los sitios.

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Entre los años 2010 y 2013 me encomendaron corregir problemas de restauración que se habían generado en el Juego de Pelota, el Templo de los Guerreros y el Castillo en Chichén Itzá.  De manera simultánea pusimos en práctica una parte del esquema de trabajo que tenemos para la zona arqueológica de Uxmal y la Ruta Puuc: talleres educativos con el fin de concientizar a la comunidad para conservar los bienes arqueológicos y culturales de los mayas, informando sobre la necesidad de cuidar los sitios, conocerlos, apropiárselos de manera consciente y sobre todo preservar las tradiciones y las costumbres locales.

En relación con la zona arqueológica de Chichén Itzá, en las pláticas se generaron interrogantes como: ¿Cuánto saben de la historia de Chichén Itzá? ¿Qué sucede con las personas que viven en los alrededores? ¿Saben de la importancia de dicho lugar? ¿Cómo han manejado esa información? ¿Qué significado tiene para ellos saber que viven cerca de un lugar que hace miles de años fungió como un centro ceremonial? Son algunas preguntas que se fueron resolviendo.

También evaluamos que muchos pobladores dan poca importancia a los sitios arqueológicos y no saben qué hacer en caso de encontrar  algún asentamiento no registrado, pues muchas veces los pobladores utilizan piedras o restos de cerámica que encuentran, por no conocer la magnitud histórica del artefacto. La pérdida de las tradiciones y costumbres debe evitarse evocando, escuchando a nuestros antepasados mayas. La tradición oral transmitida por los abuelos permitió resguardar, transmitir historias  y mitos como el de la creación, la convivencia con la naturaleza y todo lo que en ella habita. Por medio de la tradición oral se conoce que la luna, el sol y las estrellas forman parte de la vida de los hombres. Otro ejemplo de tradición oral es que al construir una casa se debe saber la fecha exacta de la luna llena, ya que es el día más propicio, porque las maderas logran más dureza y resistencia por influjo del astro, y por qué  sembrar en luna llena beneficia el crecimiento de las plantas.

Este taller se aplicó en lengua maya, lo que permitió captar la atención del público, ya que es la lengua materna de la comunidad. Realizar los talleres en nuestro idioma permitió difundir y fortalecer el cuidado del patrimonio cultural por medio de actividades lúdicas para los niños y charlas con jóvenes y adultos de manera bilingüe en las comunidades cercanas a Chichén Itzá.

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