El programa nacional de teatro escolar es un proyecto creado por Mario Espinosa, distinguido intelectual del teatro mexicano.

Este proyecto  ha mostrado su valía al mantenerse por años como uno de los más importantes de la Coordinación Nacional de Teatro. En Yucatán, el proyecto participó en 20 ciclos escolares y se suspendió por 2 años.

Haciendo un enorme esfuerzo, la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán retoma el proyecto. La selección de las obras fue dictada por un jurado nacional: Boris Schoemann, Elena Guiochins y Raquel Araujo. Con enorme contento fui informada de que mi obra “Del manantial del corazón” fue seleccionada. Iniciamos  funciones gratuitas en las escuelas, las que dimos en el Cedart fueron entrañables.

Uno de los relatos habla de un niño “con capacidades diferentes” y uno de los estudiantes podría decirse que tiene “capacidades diferentes” rompió a llorar en la escena contagiando a sus compañeros. Al término de la obra también nos conmovió al buscarnos para darnos un abrazo, de esos abrazos largos y fuertes que dicen que ayudan a juntar nuestros pedazos.

En la última función una adolescente nos buscó para decirnos que todo lo que decía la obra se lo decían sus abuelos y su mamá, todo ese imaginario yucateco, las costumbres, lo que nos toca como yucatecos, ella lo había oído toda la vida y le parecían tonterías de viejos, pero ahora, al escucharlo en el teatro, había entendido su valor. “Gracias a ti leí la vida desde ojos que entiendo, los de la escena, gracias por eso maestra fue hermoso”.

En la ceremonia del hetzmek, donde los estudiantes tienen una participación activa, algunos de los regalos  para el niño fueron: una pelota para que te reboten las ofensas y las agresiones, unos tenis para que brinques los obstáculos que aparezcan en tu vida.    

Nosotras seguiremos de saltimbanquis, visitando gratuitamente escuelas secundarias. Informes al 9423800 ext.54034. [email protected]  

Ahora que Paloma Woolrich nos acompañó a una función, nos dijo que los jóvenes estaban absortos en la obra, que quizá eso es lo que falta para que se “desenchufen” del internet:

Quizá ellos están buscando sus raíces en las pantallas de los celulares, pero ustedes, con su trabajo, les están diciendo que sus raíces están dentro de ellos y del lugar que les vio nacer.

Es un privilegio para mi compartir estas historias reales con los estudiantes, confieso que me compré una pelota y cuando las ofensas se dejan oír, abrazo la pelota y pienso: todo lo que no sea teatro, aprendizaje y felicidad: rebota.