En  los tiempos actuales, con los adelantos tecnológicos las nuevas generaciones viven con mayor velocidad. Antaño (y no hablo de mucho tiempo) lo más  avanzado era el bíper (aparato para recibir mensajes), el cual por cierto no trabajaba de manera directa, había que llamar a una operadora para dictar el recado y ésta lo enviaba al número de bíper. Hoy eso suena prehistórico y quizá la mayor parte de los jóvenes ni siquiera sepan qué es el bíper.

Actualmente el entrenamiento de las artes marciales se ha vuelto  más científico, se usan modernos equipos de golpeo y pateo, la nutrición es bastante completa, adicionada con proteínas, vitaminas y suplementos, lo cual es positivo.

No se requiere machacar los nudillos con los árboles o el makiwara (aparato de madera antiguo para insensibilizar los nudillos), tampoco es necesario andarse golpeando el abdomen con tablas para adquirir dureza; sin embargo, en ese adelanto se está perdiendo el gusto por las formas, las katas, en aras de ir más directo se da énfasis al golpeo y pateo  tratando de emular a estrellas de las ‘jaulas’.

Olvidar las katas o formas, es atentar contra el legado cultural de miles de años, sin contar con el cúmulo de técnicas de defensa personal contenidas en cada una de ellas, de hecho su aplicación en combate podría ser devastadora.

Antaño se decía buena kata = buen combate, y estaban en lo cierto, el asunto radica en practicar cada forma o kata tomando en cuenta sus aplicaciones y también en la belleza artística de cada movimiento.

Para concluir les dejo la siguiente frase del Zen: "Respeta a quien viste canas, eso representa sabiduría de la vida".

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