Temporada de malos policías

Sin alguien que lleve las riendas del ayuntamiento capitalino desde hace muchos meses...

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Sin alguien que lleve las riendas del ayuntamiento capitalino desde hace muchos meses –siglos para muchos, tomando en cuenta el grado de afectación–, la anarquía genera un caldo de cultivo bastante explosivo, con dos casos que han manchado en estos días a la Policía Municipal Preventiva (PMP), coordinada por Gumersindo Jiménez Cuervo.

Dos de sus elementos están en el Cereso, acusado uno de ellos de haber violado a una jovencita en el bulevar Bahía, a unos pasos de la Universidad de Quintana Roo (Uqroo). El otro es cómplice, pero además le dio una tunda al novio, apoderándose de algunas pertenencias de la pareja. 

El acto bestial de los policías preventivos en el bulevar es un severo golpe a la confianza que debemos tener los capitalinos en nuestra policía, tomando en cuenta que deben ser una barrera de contención del delito y no parte del problema.

Hizo bien el Procurador de Justicia del Estado, Gaspar Armando García Torres, al tomar en sus manos el asunto que tanto ha indignado a la sociedad, e incluso a cierto tipo de delincuentes.

Y por si faltara poco, a la ligera un Policía Municipal accionó su arma de fuego hiriendo a un joven que participaba en una riña dominical en la Colonia del Bosque. Un acto precipitado que pudo dejar un muertito por ese acto imprudente motivado quizá por el nerviosismo.

Como la tempestad ya era insoportable, el titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Enrique Mora Castillo, despertó de su prolongada siesta para pasar lista, recordando a los chetumaleños que se mantiene activa esta Comisión que ya tomó cartas en los asuntos, aunque los casos ya están en manos de las autoridades competentes.

El llamado de alerta va dirigido a los mandos de la Policía Municipal Preventiva que deben apretar tuercas para que sus elementos no se desempeñen como criminales o como muchachitos inexpertos que a la menor provocación echan bala sin medir las consecuencias.

Los delitos y las metidas de pata de la Policía capitalina pueden ser consecuencia de la anarquía que predomina a nivel superior, ya que no hay un presidente municipal con autoridad suficiente para dar el manotazo, haciendo que retorne el orden en la corporación.

Pero además los regidores no pueden intervenir por el simple hecho de que muchos de ellos están concentrados en el proceso electoral, estando a un paso de solicitar licencia para intentar ser diputados locales o instalarse en la alcaldía de Bacalar.

Sólo nos queda esperar que la Policía Municipal no siga haciendo de las suyas, y que se aplique todo el rigor de la ley contra quienes han manchado el uniforme traicionando a la sociedad, no precisamente a sus mandos superiores que se benefician de esta peligrosa anarquía.

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