Tener una familia es una bendición

Al hablar en tu hogar lo debes de hacer con amor, o la expresión de tu cara al regañar inspirará terror.

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Hoy sería bueno hacernos la pregunta: en nuestro matrimonio somos egoístas o compartimos con nuestra pareja. 

Vivimos con la esposa o sólo convivimos con la que fue la novia, la amiga y la amante, pero ahora es sólo... la criada.  

Se nos olvida que el amor no consiste en mirarse el uno al otro, sino mirar juntos hacia la misma dirección. 

Esos pequeños detalles de antaño hoy podemos volver a vivirlos si aún hay amor y comprensión y si hemos podido sobrellevar los pleitos y las alegrías, pues hogar donde no se debate y se dan disculpas es como un muerto sin enterrar. 

Asimismo, si entendemos que todos somos humanos y podemos fallar; sin embargo, el perdón, la comprensión y la aceptación con amor deben ser las vitaminas que nutran nuestro hogar todos los días.

La frase de Mario Moreno (Cantinflas) es correcta: “La primera obligación del hombre es ser feliz, y la segunda hacer feliz a los demás”. 

¿Eres y haces feliz a los que te rodean en tu hogar? o dañas y lastimas. 

No midas tu felicidad en tu cartera llena, mídela en los que te respetan, aman y aprecian, en los que te rodean, no olvides que de todas las cosas que llevas puestas, tu expresión es la más importante. 

Al hablar en tu hogar lo haces con amor, o la expresión de tu cara al regañar inspira terror.

¡Cuánto herimos con la lengua y con el mal ejemplo!, ¡cómo nos sentimos lastimados cuando nos agrede de palabra la pareja o los hijos! Hay que aprender a ser como el sándalo, que perfuma el hacha que lo hiere. 

Nunca los gritos y pleitos han llevado a nada. Bien dice Amado Nervo: “Sólo hay tres voces dignas de romper el silencio: la poesía, la música y el amor”.

Ahora que nuestro país pasa por un momento difícil, qué bueno es convivir con espíritu positivo teniendo siempre en cuenta que la familia es la célula de la patria y lo más valioso para conservar unida una nación.  

Que la falta de dinero no nos agobie y destruya el ánimo para seguir luchando, pues “pobre no es el hombre que tiene muy poco, sino el que quiere más”. 

Hay que buscar siempre el lado bueno de las cosas siendo optimistas, pues optimista es el que ve una oportunidad en toda calamidad. Pesimista es el que ve una calamidad en toda oportunidad.  

Hoy ¿cómo estás tomando la vida?, ¿estás inconforme? No se te olvide que tratar de hacer feliz a una persona inconforme es como tratar de llenar de agua a un colador.

Tener una familia es una bendición. Hay que dar gracias a Dios por tanta riqueza, pues estamos compartiendo el amor; nos comprendemos y luchamos por ser felices; practicamos el servicio para dar y recibir; fomentamos el diálogo; sabemos admirar, olvidar, perdonar, gozar y, lo más importante, tenemos seres humanos para amar y manifestar el amor de Dios en cada uno de nosotros con la oración en familia.

Cuando el invierno de la vida nos jubile y nuestro caminar se haga lento ojalá podamos cantar como el poeta los valores de la vejez: “Viejo libro que leer, viejo amigo con quien hablar, viejo vino que beber y vieja esposa para amar. 

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