Términos para monte y montaña

Para los mayas el monte o k’áax posee un significado más complejo que supera en orden y coherencia a lo expresado por otros miembros de la sociedad.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Entre los habitantes de la Península el término monte es representado como un campo rústico cubierto de hierbas y matorrales, pero no así para los campesinos mayas, que interactúan cotidianamente con ese medio natural. Para ellos, el monte o k’áax posee un significado más complejo que supera en orden y coherencia a lo expresado por otros miembros de la sociedad.

El monte, como cada lugar o cosa, tiene su dueño o señor, u yuumil k’áax (del maya u, sufijo posesivo que funciona como artículo determinado, yuum, dios, deidad –il, sufijo relacional y k’áax, monte, hierba). Es tal el respeto que en los montes donde se va a hacer milpa o kool se hace un jets’lu’um u ofrenda para pedir el consentimiento de los yuumtsilo’ob y para lograr buenas cosechas. Los yuumtsilo’ob han sido siempre un símbolo religioso de primer orden.

Los campesinos mayas distinguen además de monte alto (ka’anal k’áax) y monte bajo (mejen k’áax), monte joven (táankelem k’áax): terreno en barbecho o descanso menor de quince años, idóneo para la agricultura. También se usan voces específicas como júubche’ para nombrar al monte de árboles bajos, que ha servido para milpa después de algunos años de abandono y que se encuentra en recuperación; pokche’, monte de árboles poco crecidos, o monte antiguo (nukuch k’áax) terreno en barbecho por más de veinte años, ideal para las milpas ya que retiene más humedad. 

En los montes viven animales y plantas denominados popularmente como “de monte” y no “silvestres”: pavo de monte (kuuts); cochino de monte (jabalí o kitam); gallina de monte (perdiz o nom); gato de monte (ch’omak); albahaca de monte (xkakaltún); sagú de monte (cha’ak); jícama de monte (kup), etc.

Curiosamente, los campesinos mayas hablan en sus historias, anécdotas, cuentos y fábulas de la montaña –aun cuando estas grandes elevaciones naturales de terreno no existen en la región- para referirse a extensiones selváticas o monte alto de algunas zonas de la Península. Incluso esta voz se prestó y adaptó al maya como móontanya. Al parecer el vocablo “montaña” fue usado por los españoles para designar a la región de indios emancipados e insumisos que huyeron para habitar lejos de la influencia de los enclaves coloniales.

Lo más parecido a las montañas en la Península son los cerros bajos o cordillera que recorre los municipios de Maxcanú a Peto, conocida en maya como pu’uk, o Sierrita en español. Región de tierras fértiles donde se halla un conjunto de centros ceremoniales de antiguas ciudades mayas como Uxmal, Kabah, Labná, Sayil, Xlapak, entre otras que aún no se restauran.

Lo más leído

skeleton





skeleton