Tersa transición en Cancún

Se están conformando los equipos encargados de la entrega-recepción en Quintana Roo...

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Se están conformando los equipos encargados de la entrega-recepción en Quintana Roo. Esta vez no será fácil la transición porque la alternancia supone dificultades y retos que deberán ser resueltos cuanto antes para consolidar la gobernabilidad. Ocurre en la esfera estatal y en casi todos los municipios.

Pese a la tensión en semanas recientes, la inexperiencia de algunos servidores públicos y los antecedentes históricos en ciertas demarcaciones, se podría asegurar que fluirá en los ayuntamientos más pequeños (principalmente de la zona maya) y en Benito Juárez (el más grande, que no obstante quedará en manos de la misma coalición). En otros ya se presentan diferencias de fondo entre las partes.

Acapara la atención lo del Palacio de Cancún, donde se prevé una de las entregas más claras, expeditas y convenientes para las nuevas autoridades. Ni comparable con las de la última década, cuando por estas fechas los presidentes municipales eran encarcelados, acusados de enriquecimiento y heredar deuda, entre tantos problemas.

Hoy ocurre algo diferente: la administración del priista Paul Carrillo de Cáceres dejará números favorables a la del verde ecologista Remberto Estrada Barba. Al no contratar créditos -como era la mala costumbre-, el actual gobierno no sólo le facilita al sucesor el cambio de mando, también el crecimiento económico, la estabilidad política, la ejecución de sus planes y otras acciones tendientes a motivar el progreso.

No puede ignorarse este contexto dadas las referencias de los anteriores en la ciudad de mayor peso político, económico y demográfico del estado; menos aún, cuando los gobernantes electos –del estado y de otros municipios– han prometido una revisión a fondo y duras sanciones desde septiembre, precisamente por temas relacionados con adeudos, supuestos desvíos, aparente lucro u otras maniobras que, en todo caso, deberán comprobar.

El cancunense está cumpliendo al no endeudar más a una Comuna recibida casi en bancarrota, probablemente lo que más destacará conforme avance el traspaso del poder. Será su herencia política, porque la destinada para ciudadanos es el rescate de espacios, posible por esa misma capacidad financiera sostenida con inversión productiva, mejor recaudación y supervisión del gasto.

¿Cuándo decidieron hacer mejor las cosas? Tal vez ellos dirían que desde el inicio. Para mí, fue clave su discurso del segundo informe al comprometer finanzas sanas, consolidar la transparencia y hacer de la rendición de cuentas una obligación. Antes de eso, tuvo que poner orden.

Considero que fue el punto de inflexión del trienio, porque además Paul instruyó entonces a todos los empleados a cumplir sus labores sin pretextos. Y los resultados son estos.

DESORBITADO

Quedan algunas semanas para consumarse el proceso. Por pésima voluntad y falta de liderazgo muchos funcionarios tienden a relajar la disciplina, atentando contra los deseos de los ciudadanos. 

Sobran las críticas en las ciudades más pobladas debido a la inseguridad, los servicios públicos deficientes, más deudas, ausentismo y malas prácticas tan comunes. Lo que reclaman en Chetumal, también lo alegan en Playa del Carmen y Cozumel.

Lo condenable es que no son pocos los funcionarios con la mano alzada para repetir en las próximas administraciones, apostando a la frágil memoria colectiva. La mediocridad no debería ser premiada, menos cuando han saboteado el trabajo del jefe actual para quedar bien con el que sigue. 

Que asuman o repitan los que saben y han demostrado un desempeño tan honesto como eficiente, más allá de su filiación partidista y procedencia.

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