Tiempo de crisis

El Gobierno Federal poco ha hecho para calmar la ansiedad de los ciudadanos; por el contrario, los índices de confianza van en picada...

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Desde que tengo uso de razón nuestro país vive en crisis económica, presidentes han ido y venido y nuestro país sigue sumido en la desesperanza social, pero nunca la había sentido tan grave y tan permeada en los ciudadanos como en este inicio de año. Los factores han sido muchos, desde el triunfo de Donald Trump como presidente de Estados Unidos de América, la caída del peso, el alza en las tasas de interés, el súper gasolinazo, entre otras.

Sin embargo, el Gobierno Federal poco ha hecho para calmar la ansiedad de los ciudadanos; por el contrario, los índices de confianza van en picada debido a la incertidumbre generalizada ante un futuro poco alentador. Lo que sí surge es una gran cantidad de discursos ideológicos de derecha, centro e izquierda que se culpabilizan entre ellas, pero poco abonan a la solución del problema; en cambio los ciudadanos de pie, los que no piensan en política, lo que buscan son resultados reales, quieren que les alcance su salario para las necesidades mínimas: alimentación, salud, vestido, vivienda y transporte sólo por mencionar las más básicas.

Es por eso que los ciudadanos están protestando con una intención clara: que el Gobierno Federal comience a rectificar sus malos pasos que sistemáticamente en los últimos cuatro años ha ido cometiendo, no obstante el presidente Peña parece más bien decidido a replicar y reiterar aquellas acciones que lo desconectaron de los ciudadanos y que han empeorado la crisis que ahora vivimos. 

Y aunque me gustaría tener un discurso más esperanzador, la realidad es que no hemos llegado aún al clímax de la crisis; es simple, no hay forma de rescatar nuestra economía si no nos deshacemos de la corrupción, si no dejamos de depender de Estados Unidos y del petróleo, si no buscamos nuevos aliados comerciales en el exterior. 

Lo anterior es trabajo del presidente Peña, y nosotros como ciudadanos debemos ser cada vez más vigilantes y demandantes de soluciones reales y ágiles en esa materia, pero de igual manera debemos comenzar a activar nuestra vida en el “modo crisis”. ¿Qué quiere decir esto? Debemos comenzar a cuidar el presupuesto familiar, sólo gastar lo necesario, elegir productos que duren más y cuyo valor no esté sobredimensionado, reduzcamos al mínimo nuestros gastos, evitemos vivir en una vida artificial a través del uso de tarjetas de crédito; si existe la posibilidad de tener un ingreso extra es buen momento para comenzar a emprender o en caso de tener cosas que no se utilicen en casa vendámoslas para obtener un ingreso extra, el cual pueda ayudarnos a mantener aún más la estabilidad económica en el hogar. 

Si en verdad queremos salir de esta crisis, deberemos apretarnos el cinturón como ciudadanos, pero no hay que olvidar advertirles a los funcionarios gubernamentales de alto rango que ésta es una acción que debe ser compartida.

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