¿Tiempos mejores?

Me ha quedado la percepción de que la UADY es una universidad que está viviendo del pasado, de la increíble historia de su fundación.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Cuando uno es ignorante, no le queda más que estudiar y aprender. He tenido dos acercamientos con la UADY y ambos han sido bastante decepcionantes, el segundo más que el primero.

Hace algunos años intenté entrar a estudiar una carrera, cuando pedí informes me dijeron que era casi imposible entrar por no ser yucateca. Primera desilusión. 

El año pasado lo intenté de nuevo, para estudiar un doctorado, después de años de pensarlo, considerarlo y atreverme. 

Dicen que el que estudia un doctorado es porque está un poco, o bastante, loco. Y no me refiero a esos muy de moda últimamente entre las figuras públicas, que duran unos meses en la universidad de la esquina, por no decirles patito. 

Me refiero a aquellos en los que realmente investigas y le dedicas tres años a una tesis que te deja aún más loco de lo que estabas. Ya lo he platicado antes en este espacio, el único asesor en temas políticos, que tampoco es experto, no se mostró nada entusiasta o interesado, ya no digamos en el tema de mi interés, sino en asesorar tesis de algún tipo.

Después de esas dos experiencias, me ha quedado la percepción de que la UADY es una universidad que ahí está viviendo del pasado, de la increíble historia de su fundación, de su fundador por supuesto y del prestigio de tiempos mejores que, de alguna manera, ha sobrevivido. 

No es moderna, no ha evolucionado, no está acorde con lo que la sociedad está viviendo y sirve de mano de obra barata para empresarios que prefirieron estudiar en universidades más prestigiosas y privadas.  

El rector me parece sin presencia ni entusiasmo, no lo veo con espíritu universitario y esa actitud  se ha contagiado a sus trabajadores, maestros e incluso alumnos. El otro día platicaba con una señora madre de dos hijos pequeños y me decía que, como va la cosa, no ve a la UADY como una opción para que sus hijos estudien ahí. Qué triste, ¿no cree?

Saco el tema a relucir porque ya viene el cambio de rector y quienes tienen la responsabilidad de elegirlo deben ser eso, responsables, y darse cuenta de que no es una decisión que se debe tomar a la ligera. 

Hay que ser objetivos, la realidad es que, en este tiempo, la universidad es todo menos autónoma y no responde a las necesidades de la sociedad. Y si no me cree, pregúntele a los casi diez mil aspirantes que no pudieron entrar, no porque sean unos buenos para nada, sino simplemente porque no se tiene la capacidad para aceptar a más alumnos. 

La UADY está a tiempo. Es de las pocas universidades que aún pueden sostenerse de su historia y puede ser al mismo tiempo moderna, global y eficiente. Hay que estar al pendiente.

Lo más leído

skeleton





skeleton