Las tinajas de las cuevas

El agua es uno de los elementos más sagrados en la cultura maya yucateca. Los mitos y creencias asociados a su existencia forman parte indispensable de la cosmovisión actual de Yucatán.

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Existe una cueva en el municipio de Opichén llamada Sayab Aktún y en su interior  hay una formación interesante, pues se trata de una cavidad casi cilíndrica enclavada en la piedra misma. Su interior recuerda a las tinajas que décadas atrás eran usadas para guardar el agua que se iba a consumir dentro de los hogares especialmente los de las zonas rurales. 

A la formación de la cueva citada se le llama así: “La tinajita” y se dice que siempre tiene agua; por más que los cazadores y milperos tomen de ella, no se gasta.

Cuando fuimos a Loltún en 1971, don Vicente Vázquez Pacho nos mostró una tinaja de casi un metro de altura y nos dijo lo mismo: que el agua de este recipiente natural es eterna.

En la cueva Madre Cristalina, del municipio de Chemax, también hay una formación del mismo tipo y, al igual que las anteriores, sirve a los campesinos que transitan cerca de ella para abastecerse del preciado líquido. Dicho sea de paso, el agua, por estar en contacto directo con la piedra y bajo la sombra protectora de la caverna, está fresca.

El agua es uno de los elementos más sagrados en la cultura maya yucateca. Los mitos y creencias asociados a su existencia forman parte indispensable de la cosmovisión actual de Yucatán.

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