En unos cuantos días, los hechos ocurridos en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, en donde murieron 22 presuntos delincuentes a manos de soldados, pasó a ser noticia trascendental y las nuevas revelaciones dejaron mal paradas a las autoridades que quisieron exculpar a priori al Ejército.

La Sedena sostenía su parte del enfrentamiento entre delincuentes y militares; el Ombudsman, Raúl Plascencia, con su descrédito abonó al descrédito de la operación al dar por sentado que “no había visos de una ejecución”, como sí destapó la agencia The Associated Press al investigar y entrevistar a una testigo. Luego  los hechos cayeron por su propio peso, vino la detención de varios militares y la acusación de la PGR contra tres de ellos por homicidio calificado. 

¿Cómo han asumido esto los miembros de las Fuerzas Armadas? Se sienten traicionados. Circula un escrito en Facebook y compartido en correos personales a militares en activo y en retiro, en el que se critica la decisión del Gobierno de utilizar a soldados en el combate al crimen y el que la Procuraduría militar sólo actuara en contra de elementos de tropa y un oficial y no contra los mandos responsables de la actuación de las tropas.

“Nunca nos dijeron que matar a un delincuente sería razón suficiente para ser enviado a prisión. Nunca nos dijeron que seríamos masacrados con granadas y que no podíamos usar más equipo, porque era mucho poder, cuando ellos, si tuvieran cañones, no dudarían en usarlos contra nosotros”, dice uno de los párrafos. 

También cuestiona la labor de la CNDH por defender a los criminales y porque no se reconoce que los soldados detenidos, en su momento, auxiliaron a la población en casos de desastre o combatieron a la delincuencia.

Además, militares en activo y en retiro, así como familiares de los detenidos, están convocando en redes sociales a una marcha de desagravio a sus compañeros para el próximo 11 de octubre en el Zócalo capitalino. Piden a la ciudadanía sumarse porque “en los momentos difíciles ellos (los soldados) siempre están ahí. En tiempos de combatir la delincuencia ellos arriesgan su vida”. 

Por supuesto, esta convocatoria ha sido descalificada por la Sedena. Además, el llamado puede entenderse como una insubordinación, por lo que a los militares convocantes, incluso retirados, que asistan, se les puede aplicar el Código de Justicia Militar.

El de Tlalaya es un “hecho aislado” que no mancha la imagen del Ejército, dijo el secretario de Gobernación. Es lo deseable, pero los militares no quieren ser ni héroes ni villanos, sino simplemente no sentirse traicionados por quienes ellos darían hasta la vida.

Anexo "1"

Nuevo director del Issfam

El general de división Jesús Javier Castillo Cabrera fue designado nuevo director del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (Issfam), y su nombre ya figura en la página de Internet del Instituto.

Egresado como subteniente de Caballería del Heroico Colegio Militar y graduado como oficial del Estado Mayor y licenciado de Administración Militar de la Escuela Superior de Guerra, en la hoja de actuación del general Castillo Cabrera destaca el haber sido Jefe del Estado Mayor Presidencial con el Presidente Felipe Calderón Hinojosa. Ascendió a Divisionario en 2011.

Castillo Cabrera dejó la Comandancia de la X Región Militar con jurisdicción en Yucatán, que asumió apenas en diciembre del año pasado, y dijo que llegar al Issfam significa un gran reto y espera que trabajar con compromiso y dedicación, como lo hizo en Yucatán, para cristalizar resultados en el ámbito militar y social.

Mucha gente, en especial los militares en situación de retiro y pensionistas, esperan cambios significativos en el Issfam. Ojalá el general Jesús Javier Castillo Cabrera pueda lograrlos.

En sustitución de Castillo Cabrera, llega como titular de la X Región Militar el también General de División Diplomado de Estado Mayor, Sergio Arturo García Aragón, quien hoy rinde protesta.