Tres Áreas Protegidas de Q. Roo llegan a la mayoría de edad

La semana pasada se celebraron 18 años del decreto de tres de las áreas naturales protegidas...

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La semana pasada se celebraron 18 años del decreto de tres de las áreas naturales protegidas representativas de Quintana Roo; hay que recordar que el estado tiene un total de 30 Áreas Naturales Protegidas, entre federales, estatales y municipales y que cubren alrededor del 33% del territorio, entre terrestre y marino.

El 02 de febrero de 1998, fueron decretadas a nivel federal tres áreas protegidas con un componente importante de protección marina en Quintana Roo; áreas que en aquel momento tenían presiones importantes de desarrollo, que venían a complementar la protección de ecosistemas importantes y que hoy son un orgullo no solo de los quintanarroenses y mexicanos, sino de los habitantes del mundo, ya que las tres han sido también declaradas humedales de importancia internacional siendo incluidos en la lista RAMSAR. Sin embargo, las tres áreas también representan retos importantes para su conservación.

Iniciemos con el Parque Nacional Isla Contoy, uno de los refugios de aves marinas más importantes de la zona, con una superficie de 5,126.25 hectáreas, que se ha convertido en un modelo de manejo debido al compromiso de autoridades, organizaciones de la sociedad civil (destacando Amigos de Isla Contoy), prestadores de servicios y turistas que lo visitan; la principal actividad económica en el sitio es el turismo sustentable, con una capacidad máxima de 200 personas por día, lo que asegura su conservación. Probablemente su principal reto es la llegada de visitantes, aunque las estrategias de manejo hasta ahora han sido efectivas, y por supuesto, un tema que ocupa a todas las áreas protegidas del mundo, el cambio climático.

Otra de las áreas que llega a su mayoría de edad este 2016 es la Reserva de la Biosfera Arrecifes de Sian Ka’an, con una extensión de 34,927.15 hectáreas y que se decretó para complementar lo que hoy se llama complejo Sian Ka’an, integrado por la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an, decretada en 1986, el Área de Protección de Flora y Fauna Uaymil de 1994 y por la zona arrecifal mencionada anteriormente. También uno de sus retos es el manejo de grupos de turismo, que llegan cada día desde Tulum o Riviera Maya a hacer snorkel, aunque hay que decir que el compromiso de autoridades y prestadores locales ha sido ejemplar, y aunque hace falta trabajar mucho con los operadores de tours y turistas, se prevé que su conservación  manejo permitan conservar esta área.

La tercera, y la que probablemente tenga las amenazas más difíciles de enfrentar, es el Parque Nacional Arrecifes de Puerto Morelos, con una extensión de 9,066.63 hectáreas, primordialmente marinas, en uno de los sitios más cercanos a la costa para hacer snorkel o buceo, y vale la pena decirlo, uno de los más atractivos para el turismo. Sus retos son más complejos por sus características; no solo nos referimos a la llegada de turistas, que hasta cierto punto se ha controlado o a temas de pesca furtiva o cambio climático, donde la autoridad está haciendo acciones específicas y puntuales.

El principal problema del Arrecife de Puerto Morelos está fuera de las manos de las autoridades federales de conservación, en este caso la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, cuyo su trabajo se limita a las actividades en el Parque y su área de influencia.

El reto más grande y que debe abordarse desde una visión estratégica, es la presión de turismo costero y urbana que tiene el arrecife; Puerto Morelos cuenta hoy con 10,000 cuartos de hotel, cuyas prácticas ambientales pueden ser adecuadas, pero que incrementan la presión hacia las zonas de arrecife; por otro lado, como nuevo municipio tiene una perspectiva de crecimiento urbano importante, en especial hacia la zona de selva interior, que como sabemos, se encuentra vinculada a los ecosistemas de manglar y arrecifes a través de la dinámica de agua subterránea que compone esta península.

Deberá ser prioritario para el nuevo municipio un esquema de colaboración muy estrecha entre desarrolladores y gobierno, para el desarrollo de infraestructura de separación y disposición adecuada de residuos, tratamiento de aguas residuales y educación ambiental, si es que realmente queremos mantener sanos los ecosistemas.

He escuchado desde hace algunos años un discurso enfocado a la creación de un nuevo municipio con el objetivo de crecer. Yo pediría que Puerto Morelos no crezca, en el sentido estricto de la palabra, sino que se desarrolle, que diversifique, que haga una adecuada planeación de sus recursos y que asegure que este maravilloso Parque Nacional, cumpla otros 18 años y más con las condiciones que hoy lo hacen único.

En un contexto como el de hoy, no podemos seguir pensando, actuando y ejecutando como hace 30 o 40 años, la oportunidad de que Puerto Morelos sea un municipio con altos estándares de sustentabilidad, enfocado a aprovechar la economía verde, azul y naranja, está en nuestras manos como ciudadanos. No la dejemos ir.

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