Tres razones para sonreír
Tener una sonrisa en los labios mejora nuestro humor, hace que los demás se nos acerquen con amabilidad y consigue que nuestro día sea más agradable.
El tener una sonrisa en los labios mejora nuestro humor, hace que los demás se nos acerquen con amabilidad y consigue que nuestro día sea más dulce y agradable. Bien dicen que una sonrisa ilumina más que la electricidad.
Sonreír en la adversidad, en la tristeza, en la inquietud, nos da fuerzas para conllevar nuestra existencia y nos ayuda a mejorar nuestro carácter, nuestra autoestima, y nos da una felicidad en forma gratuita. Si logras sonreír cuando te va mal o cuando tienes problemas has logrado un peldaño a tu felicidad.
En general, siento que existen tres buenas razones para sonreír lo mas a menudo posible. Claro que no todo el tiempo, pues es inútil obligarnos a sonreír cuando tenemos preocupaciones de verdad, o cuando somos muy desdichados. Hablo de sonreír cuando todo va más o menos bien, cuando nuestras preocupaciones son de tipo normal.
La primera razón: sonreír nos pone de mejor humor. Cuando nuestro cerebro está contento manda a sonreír al rostro. Es verdad, pero también ocurre en sentido contrario; cuando el rostro sonríe, el cerebro se alegra. Así lo han confirmado muchos estudios. Entre la sonrisa y los centros cerebrales del buen humor existe una estrecha relación.
Por ello, la sonrisa no sólo es la prueba de que somos felices; sonreír con dulzura, también mejora suavemente nuestro humor, pues el cuerpo influye globalmente en el cerebro.
Cuanto más sonreímos, mas fácil acceso tenemos a la felicidad y a la salud. Es una manera sencilla y saludable de actuar con ingenio sobre nuestro bienestar.
La segunda razón para sonreír es que atrae cosas buenas a nuestra vida, en particular otras personas. Estos sujetos se nos acercan más, nos prestan ayuda y atención. A menudo cuando sonreímos, observamos que nos dan los buenos días (algunas sin duda, creen que nos conocemos; pero según otras opiniones, es que se sienten unidas a nosotros porque les sonreímos).
La tercera razón: sonreír de entrada es un acto de dulzura y de gentileza hacia los demás. Poner mala cara hace que el mundo sea un poco más feo y sonreír lo hace un poco mas bello. Sólo un poco, pero al menos un poco.
Ahora que estamos de vacaciones y todo es reposo, comidas y esparcimiento, bueno es tener un consejo dietético: 'Si quieres estar sano: come la mitad, camina el doble, ama el triple y sonríe el cuádruple'. Y para concluir sonriendo, me gusta la frase que aprendí de mi madre hace años: 'Si has perdido dinero, nada has perdido; si has perdido la salud, algo has perdido; pero si has perdido la sonrisa..¡Todo lo has perdido!'.