¿Es tu padre tu amigo?

Este domingo al festejar el Día del Padre, da gracias a Dios que lo tienes, y si ya se fue al cielo haz una oración, porque el mejor regalo es una oración colmada de agradecimiento y de mucho amor.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

“Padre no es el que engendra a un hijo, sino el que con su ejemplo y educación ayuda a forjar un hombre”. Es una buena frase para festejar hoy a nuestro padre.

Un padre vale mucho, pero un buen padre no tiene precio, y vale más cuando en él encontramos a un amigo en quien confiar.

¿Es tu padre tu amigo o es un estorbo para tu vida, y lo ves como una antigüedad para ser desechado? Le daremos su justo valor a la paternidad cuando hayamos comprendido a nuestro padre y logrado entender a nuestros hijos. Cuando aprendamos a ver a nuestro progenitor como un héroe cotidiano, que lucha por alcanzar las metas que se propone y no deja que lo derroten los problemas.

Tal vez tu padre no manifieste su amor como lo demuestra tu madre, pero te quiere igual que ella y también necesita de tu amor, de tu diálogo y de tu compañía. Quiera Dios que para verlo no tengamos que llorarlo. Con la ausencia del padre ya no tenemos al amigo, al compañero y al director. Es cuando aflora el sentimiento y se rasga el alma. Aprenderemos a ser padres cuando logremos decirle al hijo: te quiero, te apoyo y cuentas conmigo. Y nos realizaremos como padres cuando logremos un alma justa, una razón recta y un corazón limpio al educar a nuestros hijos.

“Un padre dialoga, no impone; reprende, no castiga; aconseja, no maldice; ama sin preferencias”. La frase anterior es bella y nos habla de un plan de vida para poner en práctica como una forma de ser mejores padres.

Revisando mis viejos libros encontré una carta antigua que mi padre, don Efraín Díaz, me envió hace muchos años y siento que el haberla encontrado fue una providencia. Pues en la vida nada es por coincidencia, todo es por providencia.

Deseo compartir con ustedes los conceptos que en dicha carta mi padre me aconseja: “Engancha tu carro en una estrella y ten pensamientos constructivos, así como piensas vas a ser”. “Se tan fuerte que nada disturbe tu paz espiritual y haz sentir a tus amigos que hay algo de bueno en ellos”. “Ve siempre el lado bueno de las cosas y trata de que tu optimismo se realice. Piensa sólo en lo mejor, trabaja sólo por lo mejor y espera sólo lo mejor”. “Trata de ser tan entusiasta acerca del éxito de los demás como del tuyo propio y olvida los errores del pasado y piensa en las grandes proezas del futuro”. “Procura estar siempre alegre y tener una sonrisa lista para toda criatura viviente que te encuentres; y dedica tanto tiempo en mejorarte que no tengas tiempo de criticar a los demás”. “Sé tan grande que nada te preocupe, tan noble que nada te irrite y tan fuerte que nada te asuste. “Piensa muy bien de ti y proclámalo al mundo entero, no en fuertes gritos sino en grandes hechos”. “Vive con la fe de que el mundo estará siempre de tu lado, mientras seas fiel a lo mejor que hay en ti”. “Cree en Dios y ponlo siempre de primero en tu vida”.

La carta tiene fecha del 14 de julio de 1965, ya está amarilla y el tiempo la ha dañado, pero los conceptos son vigentes y buenos para aplicar. Creo que el último pensamiento es el mejor y el que más he puesto en práctica en la mi vida.

Este domingo al festejar el Día del Padre, da gracias a Dios que lo tienes, y si ya se fue al cielo como el mío, bien puedes hacer una oración y pedirle a Dios que se la entregue, porque el mejor regalo para darle este día es una oración colmada de agradecimiento y de mucho amor. “Felicidades papá”.

Lo más leído

skeleton





skeleton