Tunk’uruchú, el pájaro agorero (y 2)

Al principio de los tiempos, el búho fue nombrado, por su sabiduría y prudencia, como el Gran Consejero del Reino de las Aves.

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¿Por qué el tunk’uruchú o búho anuncia las desgracias? Luis Rosado Vega dio la respuesta a esta interrogante.

Al principio de los tiempos, el búho fue nombrado, por su sabiduría y prudencia, como el Gran Consejero del Reino de las Aves.

En cierta ocasión, en ese Reino se preparó una gran fiesta y la lechuza fue invitada. Al principio declinó la invitación, pero finalmente cedió por tratarse de un evento real.

Desde el inicio, corrió en demasía el balché, licor de aquellos tiempos. Las aves fueron perdiendo el juicio. El zopilote quiso adornarse con unas flores, la chachalaca, después de tanto gritar quedó muda y todas las demás cantaban destempladamente.

El tunk’uruchú, se embriagó y perdió los estribos. Empezó a hacer cabriolas y quiso imitar el canto de otras aves. En plena juerga llegó un indígena que también había sido invitado. Pronto se embriagó y siguió el relajo. 

Cuando vio al búho se burló mucho de él. Además usó un espino para pincharle los pies y hacerlo brincar más. La lechuza, aún borracha, distinguió quién la estaba molestando para mofarse más de ella. 

Al día siguiente, tunk’uruchú recordó la ofensa y pensó en cómo vengarse del hombre. Decidió anticiparle la proximidad de su muerte y las desgracias. De allí la expresión: “Cuando el tecolote canta, el indio muere”.

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