Turismo comunitario, es lo que falta

Ya sabemos que el turismo no se trata solamente de hoteles lujosos...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Ya sabemos que el turismo no se trata solamente de hoteles lujosos, clubes de playa, parques temáticos o balnearios azul turquesa, como tampoco de sitios arqueológicos, cenotes con historias milenarias, exploraciones selváticas ni vida nocturna. El turismo es más en Quintana Roo, un destino que si bien está consolidado en una posición privilegiada, sigue en construcción.

Para seguir siendo líderes, tanto autoridades como empresarios y todos aquellos involucrados con la industria, deberían trabajar en serio por reestructurar los fideicomisos de promoción, el rescate de arenales, el saneamiento de cuerpos lagunares, la integración de la oferta regional y la incorporación de zonas rezagadas a la bonanza. 

Durante las campañas electorales, el empresariado y los turisteros fijaron sus prioridades en torno al desarrollo urbano y la calidad de vida; la seguridad; la infraestructura, así como en turismo y competitividad. Sus propuestas fueron presentadas a los entonces candidatos, muchos de ellos hoy autoridades electas, por lo que ya las conocen.

En ese mismo periodo las agrupaciones civiles también enlistaron sus objetivos. En foros y debates entre los ahora ex aspirantes, los ciudadanos pidieron desarrollo equilibrado, protegiendo las áreas susceptibles, más aquellas que dan sustento a las comunidades alejadas de los polos de desarrollo. 

Sobre este último punto profundizo, pues en él coinciden representantes de la sociedad y del ramo empresarial. ¿Cómo hacer que el progreso beneficie a todos? Con más turismo. Es imposible negarse al turismo si es uno de los tres sectores que más divisas genera en el país después del automotriz y las remesas.

Considero que es momento de apostar por el turismo comunitario tomando en cuenta los factores ambientales, económicos, sociales y culturales. Esta forma de hacer turismo tiene como premisa la no explotación de los recursos naturales de una localidad, la no contaminación, respetar los espacios disponibles, no generar tensiones sociales ni afectar la identidad cultural.

Justo lo que necesita la zona maya y las periferias de Cancún, Playa del Carmen, Tulum o Chetumal: iniciativas sostenibles que permitan mantener los valores naturales y culturales sobre los que se basa el equilibrio. Para ello debe haber voluntad y transparencia, dos componentes que, aun cuando escasean por estas fechas, en unos meses deberán fluir.

En las comunidades aisladas no se oponen al turismo, sino a la forma de ejecutarlo; por ello, el ecoturismo y el comunitario representan modelos para aquellas poblaciones donde prevalecen usos, costumbres, quehaceres y deberes asociados inevitablemente con el entorno natural.

Cancún suma y sigue

Cancún es la potencia nacional de playas “blue flag”, donde se garantizan servicios integrales para el disfrute de visitantes y residentes. “Son siete balnearios en un destino que apostó por calidad, por hacer algo diferente y por hacer lo que faltaba”, ha dicho el presidente Paul Carrillo de Cáceres. 

Vuelvo al tema central: si se trata de diversidad, del “plus” y de voluntad, ahí está Cancún. Izar una bandera no se justifica sin contexto. La administración municipal 2013-2016 asumió cuando había apenas una certificada, y hoy entre esas siete está Coral, la primera “amigable para mascotas”, gracias al respaldo de empresarios, ambientalistas y ciudadanos.

Insisto, detrás de esa banderita que ondea orgullosa hay una política pública diseñada por un equipo ocupado más en hacer de Cancún un lugar mejor para vivir, que en ostentarse en la capital nacional del sistema “blue flag”. Es el mérito de la apuesta y el resultado del esfuerzo.

Paul deja un legado y un ejemplo. Que no se desaproveche.

Lo más leído

skeleton





skeleton