Uber: ¿la sombra del miedo?

El FUTV y las demás agrupaciones de taxímetros tienen los recursos necesarios para entrarle a competir con otras aplicaciones digitales.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Pintaba para una madrugada común y corriente de jueves. Era sólo un espejismo. En el llamado sur profundo, en la colonia San José Tecoh III, donde hasta la Policía estatal tiene miedo de entrar, un par de orangutanes viajaba en un vehículo rentado para la empresa Uber. El taxista, Carlos Orlando Ramírez Cabrera, de 55 años de edad y de frágil condición física, estaba de lo más confiado.

No supo ni de dónde le vino el primer golpe. El caso es que los gandules, chavos fuertes y con cara de pocos amigos (así suelen ser los sujetos sin entrañas), se ensañaron contra el conductor y lo dejaron todo noqueado. Con presunta intención criminal, el dueto de marras prendió fuego a la unidad. Unos testigos dicen que el guiador todavía se encontraba dentro del carro; otros, que ya estaba fuera.

El caso es que Carlos Orlando terminó con vida, no sin antes pagar con su humanidad el “pecado” de chambear para Uber. Con tremendos moretones en el rostro fractura del antebrazo izquierdo, ya fue intervenido quirúrgicamente. Muy bien, pero ahora, ¿cómo le hará para llevar la manutención a su familia? Mínimo, dos meses fuera de acción. Pero se mantienen el miedo, el temor y la angustia. ¿Regresará a la chafireteada con Uber? Sólo él y Dios saben.

Por la mañana de ese mismo día, unos 200 choferes de Uber y de otras agrupaciones de servicio de taxi por aplicación tecnológica o digital, realizaron un bloqueo de calles en el Centro Histórico de Mérida, enfrente del Palacio de Gobierno, para exigirle al Ejecutivo su intervención y que cesen las persecuciones contra Uber, en particular. El Gobierno estatal se comprometió a evitar que surjan más enfrentamientos entre taxistas y garantizó la libertad de trabajo de esa empresa.

El viernes, la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General del Estado reportaron la detención de José Abraham Kuyoc Pacheco y Didier David Negrete Estrella como los presuntos agresores del chofer de Uber, al cual lesionaron y cuyo carro fue siniestrado.

Los funcionarios dieron una rueda de prensa, ya entrada la noche, donde señalaron que Kuyoc Pacheco y Negrete Estrella pertenecen a las agrupaciones de Taxistas Independientes y del Sindicato de Trabajadores de Taxis y Camionetas de Yucatán, respectivamente, esta última, afiliada a la Confederación de Trabajadores de México (CTM).

Con esta detención, el Frente Unico de Trabajadores del Volante (FUTV) quedó, por el momento, descartado en la agresión de Carlos Orlando Ramírez Cabrera. La Fiscalía del Estado abrió la carpeta de denuncia E2/1020/2016 por la imputación de los delitos de lesiones agravadas y daño en propiedad ajena por incendio. Hasta allí, todo decente. Las autoridades hicieron su chamba.

Pero la noche del sábado, por el rumbo de “Los Vergeles”, al oriente de Mérida, otro guiador de Uber fue golpeado por su pasajero. Pero en esta ocasión, el afectado sólo fue sorprendido con un golpe en el rostro, forcejeó contra el malandro y lo desarmó de un destornillador con el que presuntamente habría hecho más maldades. El sujeto huyó del carro de Uber y, según versión del agredido, fue apoyado por un vehículo del Frente Unico de Trabajadores del Volante.

En caliente llegaron los demás socios del chavo golpeado, se dio aviso a la Policía estatal y, hasta el momento, ninguna autoridad ha dicho algo. Lo único cierto es que, casualidad o no, en menos de tres días ocurrieron dos agresiones contra guiadores de Uber.

Y horas antes, en la madrugada del sábado, en redes sociales se subió un video donde un carro de Uber, con pasajero dentro, era perseguido e intimidado por otros vehículos de alquiler, por lo menos cinco unidades, siendo identificada una de Taxímetros, aunque no del FUTV, agrupación aliada del PRI y de sus gobiernos, y abierta opositora al sistema Uber.

En mayo pasado, socios del FUTV persiguieron y agredieron, en las inmediaciones del aeropuerto internacional de Mérida, a dos guiadores de Uber, bajo el argumento de que les estaban “pirateando” pasajeros. Hasta la Policía observó el sainete y no intervino. Eran decenas de ahijador de Billy Fernández, el actual mandamás del sindicato más fuerte e influyente que tiene a su servicio el partido tricolor.

Y a todo esto, ¿por qué tanto temor hacia Uber y otras empresas de aplicación digital como Cabify o Ride and Go, que también funcionan en Mérida?

El FUTV rechazó ser el agresor en el caso de Carlos Orlando y, con la detención de los dos rufianes, tiene por el momento la coartada perfecta. Pero también surgen ahora las otras cooperativas de taxistas que también pretenden agarrar a trancazos a sus competidores. No se acuerdan cuando el Frente Unico los perseguía, ya sin el amparo de las autoridades panistas que les dieron vida entre 2001 y 2007, con la gestión de Patricio Patrón Laviada.

Tan sencillo como la competencia. El FUTV y las demás agrupaciones de taxímetros tienen los recursos necesarios para entrarle a competir con otras aplicaciones digitales. Quizá sus dirigentes no tienen el “cheto” para ello pero, a cambio, disponen de alguna lanita para contratar gente conocedora que diseñe otras plataformas tecnológicas, quizá más chinguetas que las de Uber, Cabify o Raid and Go.

Pero no. El objetivo es continuar con la arcaica tradición: primero madreo y después averiguo. En lugar de ahuyentar a la competencia, los sindicatos y cooperativas antiguas sólo pierden votos ciudadanos que se podrían reflejar en los comicios de 2018. ¿Ya lo pensaron? También el Gobierno estatal tiene la palabra. En el último de los casos, Uber también puede acarrear a los opositores. ¡Madre santa, lo que nos espera!

Amiguitas y amiguitos, ya saben: sugerencias para que los “chips” se injerten en las duras cabezas de los taxistas golpeadores (y secuaces), enviarlas a [email protected] y/o [email protected]

Lo más leído

skeleton





skeleton