A casi un par de semanas de que sea inaugurado el proceso electoral, la incertidumbre se mantiene porque no se ha definido aún el mapa electoral que será el campo de batalla en la cercana contienda, aunque la indefinición limítrofe posibilitaría la preservación del mapa electoral que tanto agrada al PRI, con argumentos planteados formalmente por el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo).

El rompecabezas fronterizo es responsabilidad de un puñado de instituciones que se han negado a tomar al toro por los cuernos, conformándose con dejar pendiente la resolución de un conflicto que ha privado a Quintana Roo de cuatro mil 800 kilómetros cuadrados, arrebatados por Campeche con la creación de su décimo municipio, el de Calakmul, a finales de 1996.

Lo grave del caso es que el caos en los límites con Campeche atrae la atención cuando derrumba escenarios, complicando la existencia al Ieqroo, que en dos ocasiones ha quedado atrapado entre dos fuegos.

Es casi un hecho que el mapa satanizado por PRD y PAN sea preservado para esta contienda, dando al PRI mayores posibilidades de conservar el control del Poder Legislativo, damnificando a una oposición que se desenvuelve a sus anchas en Cancún, descuidando desde hace buen tiempo la mayor parte del estado.

El Ieqroo ha mantenido en vilo a la clase política que se come las uñas por la ansiedad de saber si estarán contemplados o descartados por completo para un puesto de elección popular.

Por la alcaldía capitalina de Othón P. Blanco, el titular de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado, José Alberto Alonso Ovando, está apuntadísimo para ir a la guerra, al igual que un puñado de compañeros de filas.

En tanto, de cara al proceso electoral nada está definido, pues el Ieqroo ha hecho que los partidos políticos trabajen horas extras en elaborar planes A, B y C, contemplando cada posible escenario, pero sin definir aún a los “guerreros” que enviarán a batirse en las urnas.

Y es que decenas de aspirantes han alzado la mano, asegurando estar listos para dar batalla sin cuartel y alzarse con la victoria, aunque muchos de ellos saben que sus posibilidades son remotas.

Con el paso de los días, la disimulada cortesía y el aparente desinterés darán paso a los golpes bajos y las puñaladas por la espalda, todo con tal de convertirse en los elegidos.

Pero entre tanto, tienen que esperar pacientes a que la bruma levantada por la sentencia del Tepjf que revocó la redistritación se disipe y deje ver el panorama a enfrentar a partir del 16 de marzo próximo.

El PRI tiene por ahora mucho que festejar, mientras el PRD y el PAN tendrían que participar con un tablero adverso, tan festejado en cambio por el PRI. La gran incógnita está muy cerca de despejarse.