Un horizonte lejano

Se asiste a la pobreza, pero el volumen de personas en la miseria no disminuye; se dan becas, pero los resultados escolares siguen siendo igual de malos.

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El informe del primer año de gobierno de Rolando Zapata refleja con razonable fidelidad tanto las acciones concretas que los gobernados hemos testificado, como la concepción política y social general de la actual administración.

Se destacan las inversiones oficiales en distintos ramos, como fomento económico, obra pública y desarrollo social, hilando una exposición serena pero optimista de los resultados obtenidos. Muchas de las acciones referidas, así como el tono conciliador que el titular del poder Ejecutivo ha dado a su gobierno deben ser reconocidas como positivas, sin embargo es pertinente preguntarse si un conjunto de medidas correctas resultan en un buen gobierno.

Forma parte de la normalidad política que los gobernantes se atribuyan los éxitos que resultan de un contexto más allá de su control. Un ejemplo claro en Yucatán es su seguridad, exhibida como mérito por más de cuatro. La contraparte es que el electorado también los responsabilice de problemas igualmente fuera de su alcance, como la última crisis económica global.

En tal sentido, no se puede reprochar al gobernador hacer propios los éxitos derivados de incrementos en las participaciones federales o de la moderada recuperación económica nacional. En todo caso debe admitirse que no administró mal estas oportunidades.

El problema del informe no es lo que ahí está, sino lo que no está. No refleja, porque el gobierno no lo tiene, un proyecto para el desarrollo general de Yucatán. Por su lectura, pareciera ser que las cosas marchan bien y que solo hay que hacer más de lo mismo, con mayor eficiencia.

Se asiste a la pobreza, pero el volumen de personas en la miseria no disminuye; se dan becas, pero los resultados escolares siguen siendo igual de malos; se subsidia a los empresarios, pero la desigualdad permanece inalterada.

Si el lector pregunta al informe cómo superará Yucatán en el tiempo estos problemas sólo encontrará una respuesta: haciendo lo mismo pero mejor. Lo mismo que Patricio, lo mismo que Ivonne, con mejores modos y, habrá que ver, con algo más de transparencia.

Hace falta más para que un gobierno con acciones positivas se convierta en un buen gobierno. Hace falta avanzar al horizonte lejano del bienestar para el conjunto de los yucatecos. El gobierno aún no señala la ruta.

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