Un México obeso de telenovelas

Para el público en general, Lucerito y Thalía siguen siendo las reinas de la pantalla.

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A los mexicanos nos gusta que nos cuenten historias, nos encantan las telenovelas (sobre todo las románticas). Si tuviéramos que vivir la nuestra personal, quisiéramos que nuestra pareja fuera algún actor como William Levy.

Para el público en general, Lucerito y Thalía siguen siendo las reinas de la pantalla. Somos exigentes, queremos buenas producciones y nos molestan tantos comerciales; pero eso sí, siempre que haya una buena historia, adecuada a nuestros horarios y buenas actuaciones, ahí estaremos.

Moveremos cielo, mar y tierra para estar fieles al televisor para no perdernos la novela del momento.

Esta es la radiografía de un estudio realizado los primeros días de abril sobre el consumo de telenovelas en México, en donde se reporta que 51 de cada 100 mexicanos aseguran que ven a diario al menos una, el resto ve dos o tres de ellas.

En Yucatán, los números no difieren mucho de los nacionales. Cuarenta y cinco de cada 100 personas que dicen ver televisión son aquellas que se la pasan pegadas a la pantalla consumiendo telenovelas.

Recita una frase que somos lo que comemos. De la misma manera creo que somos los medios que consumimos.

Algunos (no todos) andamos preocupados por llevar una alimentación sana, consumir fibra, frutas, vegetales, agua. Muy preocupados. De la misma forma deberíamos revisar qué medios de comunicación ingerimos.

¿Cómo andamos en el campo de la información y el conocimiento? ¿Cuántos libros hemos leído en lo que va del año? ¿Cómo andamos de carbohidratos y proteínas?
Subrayo: no creo que sea malo ver telenovelas.

Son entretenidas, nos hacen reír, llorar y sentir emociones. Incluso, me parece que hay buenas producciones en México, aun cuando las dos grandes casas televisoras del país tienen predilección por presentarnos “refritos” de historias pasadas o de productos sudamericanos.

Si diario comiéramos hamburguesas y hot dogs le causaríamos un severo daño a nuestro cuerpo.

La fórmula más sana es: menos fast food y más carbohidratos y proteínas en nuestra dieta. Siempre, el problema y la solución están en nosotros mismos. Al televidente lo que pida.

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