Un par más y nos vamos

Hay un nuevo modelo de fiscalización del INE que considera el cruce de la información con la Secretaría de Hacienda, la CNBV y el Banco de México.

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Don Andrés Canpam chicolea con un revolvedor de plástico el contenido de su vaso. Ron, agua mineral y refresco de cola. Apura un largo trago y asiente, satisfecho. A un lado de la mesa cantinera, su compadre, Alán Brito Delgado, va alternadamente del Herradura Blanco a la cerveza Ceiba Ámbar. Entonados por los alipuses y puestos de acuerdo en la imaginaria, comentan entre sí:

-Imagínese nomás, compadre -expone don Andrés-:  Otra vez la burra al trigo. Pero no por ser tragona. Lo que pasa es que le dan muchas facilidades para acercarse al pesebre. De nuevo nos enteramos de las multas impuestas a los partidos políticos por faltas en la correcta utilización de presupuestos de campaña. Y escuche lo que le digo: de la enorme variedad de ciudadanos electos el 7 de junio, existen fulanos que ni de chiste se gastan −sabiendo el disgusto y el problema familiar− un peso más de la quincena de lo que les autoriza su esposa. Y no hablo por hablar; conozco tipos incapaces de verle la cara de pendeja a su vieja porque les parten la madre.  

Alán Brito asiente y complementa: −¡Ah, sí!, pero cuando es dinero público consistentemente caen en la opacidad. Omiten  informes de gasto, presentan facturas apócrifas, incumplen oportunamente la  comprobación −con facturas fiscales– de sus gastos de campaña. Ni qué decir cuando rebasan el tope aprobado. 

Los dos amigos hacen una pausa para refrescar el gañote y piden las de repuesto.

−Lo bueno, compadre –agrega don Andrés−, es que ya hay un nuevo modelo de fiscalización del INE que considera el cruce de la información con la Secretaría de Hacienda, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el Banco de México e incluso con la Unidad de Inteligencia Financiera. Algo así como la mezcla de un perro salchicha con un gran danés, y las crías con un xoloiscuintle.

−Sin embargo, yo tengo mis dudas –completa Brito-: Si existen topes de campaña para presidentes municipales, diputados locales y federales y muchos de éstos son personas incapaces de presentar su comprobación correcta y a tiempo por esos montos, ¿cómo le van a hacer cuando administren el presupuesto anual de su municipio?

−¡Ah, caray, compadre, vamos a dejarlo ahí! –exclama Andrés−. Mejor pedimos las otras. Tengo recursos para un par más. No quiero buscarme problemas con Patricia. 

¡Vaya biem!

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