Tengo ante mí un pequeño libro en color sepia, forrado de una cubierta plástica que incluye un broche metálico, el cual permite abrir y cerrar sus páginas, como si de un diario se tratara.

En la portada hay un grabado que nos deja ver un salón de clases, quizá de finales del siglo XlX; hay también un círculo en el que observamos a una joven que lee; y desde luego, está el título: La agenda de las mujeres y sus maestras.

Efectivamente, se trata de una agenda, que incluye otro pequeño libro en el qué escribir nombres, direcciones postales y electrónicas, teléfonos fijos y celulares, al igual que notas.

La obra incluye calendarios de diversos tipos; y varias páginas finales en las que se encuentra información sobre títulos y colecciones editados por “horas y Horas”; al igual que una invitación a colaborar con el Grupo Entredós, dedicado a proyectos llevados a cabo por mujeres.

Esta singular agenda entremezcla sus páginas con las portadas de libros infantiles-juveniles de la primera mitad del siglo XX: Diana o la educación de una niña; Antoñita la fantástica; Carmelín, la niña diablito, La buena Juanita; Celia; Cómo se educó Carmina; Cartas de niñas; Mari Sol; entre otros. En cada una de las páginas encontramos dibujos, grabados, pinturas, mapas, fotografías; así como citas, reflexiones, refranes, frases.

La agenda nos descubre la biografía de mujeres dedicadas al magisterio a la par que a otras actividades, desde el siglo XVI hasta nuestros días: María Zambrano, María Moliner, Concepción Arenal, María de Maeztu, Carmen de Burgos, Ángeles López, Rosario Acuña, Andrea Casamayor, Josefa Amar, Estefanía Carrós de Mur, entre otras.

También hay páginas para referirse a las madres, las abuelas, las institutrices, las maestras espirituales, las científicas, las profesoras particulares de música e idiomas; así como maestras masonas, maestras republicanas, maestras laicas, maestras feministas. 

Como digo, una obra singular, tanto como lo es la docencia…