Valió la pena perder unos días

De alguna manera, pese a las irritantes imágenes de violencia, el gobierno federal va ganando en Guerrero.

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Valió la pena perder unos días, dijo el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, sobre la demora en la presentación de la iniciativa de reforma financiera por causa de los meneos del Pacto por México. Tiene razón. Qué son unas semanas a cambio de otra reforma con amplia mayoría.

Es menos probable que el tiempo vaya a ser igual de venturoso en el conflicto de Guerrero. El gobierno del presidente Peña Nieto parecía confiar en un acuerdo con la insurgencia magisterial para sacar la reforma educativa local con “puntos de los maestros”, que protestarían testimonialmente en Chilpancingo el miércoles 24 y se desvanecerían hasta la próxima.

Algo se desamarró. Pero al vandalismo del 24 siguió otro acuerdo para dejar las cosas en sensata calma hasta el miércoles 1 de mayo y no contaminar las inexorables protestas obreras. El jueves 2 y el viernes 3, Barack Obama estará en México. Impensable un acto de poder en esas fechas que ejecute las 39 órdenes de aprehensión obsequiadas, fuerce el regreso de los maestros a las aulas y disipe las agresiones y tomas de la carretera.

Con paciencia, pues, el gobierno federal apela al tiempo y la negociación. Y de alguna manera, pese a las irritantes imágenes de violencia, va ganando en Guerrero: libró la reforma, hay clases en la inmensa mayoría de escuelas y, tras cuatro semanas de hostilidad, ni el radical más inflamado puede acusar represión.
Viene una semana en que, a diferencia de la pasada, los hechos no se verán en la pantalla. Semana de negociación ruda.

El gobierno no aflojará en la reforma educativa. En lo demás, vaya Dios a saber qué ofrezca. Y qué obtenga. 

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