Uno de los momentos más felices para toda la familia son las vacaciones. Preparar las maletas se vuelve un ritual y se procura no olvidar nada, ni al perro. Todo es felicidad, pero nadie se percata de algo elemental: ¿qué pasaría si durante el paseo se presentara un imprevisto, si tuviéramos que visitar al médico o ingresar a un hospital? 

En la cartera no debe faltar la credencial del IMSS o del Issste, tampoco la tarjeta de gastos médicos mayores, ni el número de póliza del seguro de vida. Hablar de accidentes es algo que siempre evitamos creyendo que eso “no me sucederá a mí”.

Sin embargo, los expertos en seguros recomiendan que antes del bikini y la caña de pescar o el equipo de buceo hay que revisar que la póliza esté vigente, ya que nunca se sabe cuándo se necesitarán los servicios. Por supuesto, el seguro del auto no debe faltar. 

Por eso es bueno conocer la cobertura del seguro contratado y la lista de médicos y hospitales afiliados a la empresa con la cual firmamos contrato. El inicio de unas vacaciones inolvidables está en la prevención, salir a lo seguro.

Los accidentes ocurren en una milésima de segundo y esto no es ser fatalista; por el contrario, es fomentar la cultura de la prevención. ¡Disfruten su viaje!