Pareciera que el tema del cambio climático y el turismo es un asunto que sube y baja en el interés según los acontecimientos que se vayan suscitando; si bien es cierto el esfuerzo de muchas empresas para disminuir sus emisiones y compensar (mediante la compra de bonos de carbono) aquellas que no pueden ser evitadas no es nuevo, al menos en la mayoría de los países latinoamericanos no ha terminado de consolidarse.

Países como Costa Rica, que tiene una política de Neutralidad Climática que han adoptado para el turismo, destinos como Huatulco que tiene una estrategia para ser un destino Carbono Neutral, entre otros ejemplos, muestra que si hay iniciativas importantes en este sentido.

Y toco el tema por dos acontecimientos de contexto importantes: el primero, y el más positivo, es el reciente premio que fue otorgado a la Agencia Holandesa de Touroperadores por el desarrollo de la Plataforma Carmacal, que mide la huella de carbono de los paquetes turísticos.

El segundo, menos positivo e incluso preocupante, es la decisión del nuevo presidente de Estados Unidos Donald Trump de echar abajo el Plan de Acción Climático de aquel país, y lanzando un nuevo Plan de Energía que, a decir de los expertos, se queda muy corto en cuanto a expectativa por disminuir el impacto de las emisiones y otros temas relacionados.

2017 es un año estratégico, ya hemos dicho. Un año que debe servir para consolidar esfuerzos de empresas y destinos por la sustentabilidad, con hechos y no solo con declaraciones, y el tema de cambio climático parece ser una bandera que, además de atender un problema importante, puede posicionar a empresas y destinos como líderes en sustentabilidad.

Estamos colaborando ya con algunos eventos nacionales e internacionales en materia de medición de huella de carbono y compensación de emisiones, a través de nuestra alianza con Scolel’te, proyecto pionero en Chiapas en el tema de bonos de carbono y de los pocos avalados en México a nivel global para la comercialización de estos instrumentos… Y esperamos que haya muchos más eventos.

Pero también esperamos otras dos reacciones. Así como varias empresas mexicanas sostuvieron una postura contra la compra de vehículos Ford, creo que debemos responder a esta decisión de Trump mostrando el liderazgo de las empresas mexicanas contra el cambio climático. ¿A poco no sería genial tener en Quintana Roo la primer empresa carbono neutral de turismo en el país? ¿Y promover con aquellos viajeros que tenemos y que seguramente en su mayoría están en desacuerdo con las decisiones de su presidente, que aquí si tomamos acciones sobre el tema?

Y la segunda, tiene que ver con la generación de un esquema local de compensación de emisiones; muchos de nuestros clientes que deciden iniciar el camino de medición de huella y compensación nos preguntan por qué compramos bonos de carbono en Chiapas y no en Quintana Roo. La respuesta es simple, en Quintana Roo no existen proyectos avalados internacionalmente en este tema. 

Sin embargo, si existe una organización muy importante en los ejidos de la Selva Maya que podría, en conjunto con nuestras autoridades, avanzar en el diseño de un esquema de compensación local, que permitiera la conservación de bosques y selvas a través de la compra de bonos de carbono.

Quintana Roo está tomando el liderazgo en turismo sustentable de muchas maneras, y este esquema vendría a ser un insumo más de este trabajo mediante el cual el turista conoce su impacto, y se compromete, junto con empresas y gobierno, a compensarlo.

Así que en este tema queda mucho trabajo por hacer, a pesar de los avances que hemos logrado en los últimos años. Nos gustaría como sociedad ver más empresas y gobiernos generando esquemas innovadores de conservación en turismo a través de información científica como base para la toma de decisiones, y en beneficio de nuestros ecosistemas y las personas que dependen de ellos.