La vida es ¡ahora!
Amarse a sí mismo no es un tema nuevo, es un mandato de Dios. Reflexionar acerca del amor a uno mismo y el amor al prójimo y practicarlo inflama y abre nuestro ser a una vida mejor.
¡Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad!- Mensaje divino
Es importante reconciliarnos con la vida, con nuestra vida, porque solamente así nos desligamos interiormente del pasado e interrumpimos el círculo del dolor, la rabia y los reproches. Va a la par con querernos y perdonarnos a nosotros mismos y ser más compasivos y solidarios con los demás sin experimentar la vida como una exigencia desmesurada.
Amarse a sí mismo no es un tema nuevo, es un mandato de Dios. Reflexionar acerca del amor a uno mismo y el amor al prójimo y practicarlo inflama y abre nuestro ser a una vida mejor, más digna de ser vivida, más llena de gozo y de paz. Cada día nos ofrece una nueva posibilidad de vivir. Estamos inmersos en un mar de sorpresas y nuevos desafíos; tomemos conscientemente esa nueva oportunidad.
Lo vivido hasta ahora pide ser comprendido y aceptado para vivir a plenitud ¡HOY!, por eso es bueno e importantísimo reconciliarse con el pasado, con lo sufrido, con lo desafortunado, para “estar” en el momento presente; éste sí que es REAL; es único e irreversible porque ahí está, está sucediendo y corriendo hacia el pasado. La vida fluye inexorablemente. En la singularidad de cada momento brota el futuro y se nutre el pasado.
La vida diaria nos regala muchas tareas y responsabilidades, grandes y pequeñas, a veces ni sabemos con claridad, qué es lo más importante: la actividad en sí o sólo el resultado. Por ej. “que no me olvide de comprar todo para festejar la Navidad” o “si la fiesta saldrá bien y el festejado estará presente en el lugar privilegiado que le corresponde”.
A mí me pasa que, a veces, me encuentro funcionando como “robot”, entonces me detengo, respiro hondo y poco a poco me sereno y me digo: sólo existe este precioso y valioso momento. Y sé que de instante en instante haré todo lo que necesito hacer. Me ayuda recordar que lo que he llegado a ser termina en el momento actual y lo que me gustaría ser y hacer comienza en ese mismo instante. Ahí está la fuerza vital.
No nos confundamos más. Percibamos la vida ¡AHORA!. Ahí está el punto de llegada y de partida. Estamos vinculados a la vida ¡AHORA!.
¡Ánimo! hay que aprender a vivir.