Violencia en las escuelas

Por merecimiento propio, México ocupa el primer lugar internacional de casos de bullying en el nivel de educación básica convirtiéndose en un severo problema...

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Desde mi infancia y juventud, fui testigo de los diferentes grados de violencia que se generan en la escuela; tengo muy claro que en ocasiones me vi envuelto y participé de aquellos actos que son tan comunes en el aula que los maestros los toman como las relaciones de poder indispensables para la construcción de sus identidades, enmarcadas en una sociedad en la que la violencia de género es muy visible, está inscrita en la estructura social y ésta es reforzada y realimentada en nuestras propias familias y la idiosincrasia machista del mexicano.

Por merecimiento propio, México ocupa el primer lugar internacional de casos de bullying en el nivel de educación básica convirtiéndose en un severo problema. Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), 7 de cada 10 alumnos han sido víctimas de violencia verbal, psicológica, física o a través de las redes sociales ante la ausencia de acciones concretas para prevenir la violencia y el acoso escolar.

Hoy, como maestro, veo la violencia como un problema alarmante y de origen multifactorial que reproduce los comportamientos propios de los hogares y de la sociedad en su conjunto; se da en un panorama del entorno socioeconómico-cultural que afecta e impacta en el adolescente, siendo factores determinantes para realizar actos violentos y dañar a otras personas. Es común que los alumnos tengan miedo de sus compañeros e incluso de los profesores. Los motivos de la agresión son porque los provocan o para defenderse de las agresiones. Los varones intimidan o maltratan a un compañero por imitación o porque lo consideran débil o distinto. La mayoría de ellos han observado peleas y creen que los problemas sí se solucionan mediante agresión física o como una forma de darse a respetar.

Debemos estar alertas a que nuestras escuelas no incuben ni reproduzcan la violencia como algo normal dentro de las aulas; los perfiles se ubican entre los más jóvenes que desde temprana edad están consumiendo ya no sólo nicotina o alcohol, sino sustancias psicoactivas. Dejar a niños y jóvenes a merced del internet sólo refuerza estereotipos generadores de violencia o distorsionan su entorno familiar ocasionando tragedias como la ocurrida hace unos días en Monterrey. Cuida a tus hijos.

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