Voces mayas, mayismos e hibridismos
La convivencia de la maya con el español, por cerca de cinco siglos, ha producido una ineludible interinfluencia de la maya al español y viceversa.
Sin duda, la lengua maya ha dejado una profunda huella en nuestro lenguaje, huellas que están presentes en casi todas las actividades de la vida cotidiana: nombres de lugares, de animales, vegetales, cosas y costumbres de carácter local, así como objetos, calificativos y acciones cuyas denominaciones españolas han sido sustituidas con términos mayas o con hibridismos en el habla peninsular.
La convivencia de la maya con el español, por cerca de cinco siglos, ha producido una ineludible interinfluencia de la maya al español y viceversa. Don Víctor Suárez Molina clasifica los préstamos lingüísticos del maya al español en voces mayas y mayismos (sustantivos, verbos, frases verbales y voces híbridas).
Las voces mayas (palabras o morfemas) que se incorporan al español con poca o ninguna modificación, son numerosas. Su pronunciación va a depender del conocimiento que de la lengua maya tenga el hablante. Algunos ejemplos de sustantivos compuestos son: salbut’ (sáal, ligero, y buut’, relleno); k’astak’an (de k’as, a medias, y tak’an, cocido). En la fauna y flora regional, pich’, k’aw, xk’ok’, xtakay y chinchinbakal son nombres de aves comunes. Lo mismo ocurre con las voces wech, tolok, jaleb y turix que significan armadillo, iguano, tepezcuintle y libélula, respectivamente. O jabin, chakaj, k’anlol, chiabal y pich son todos nombres de árboles. Ejemplos de adverbios: jan (rápidamente), jach (muy, mucho), chéen (solo, solamente). De adjetivos: k’abax (simple), chan (pequeño), ki’ (rico, delicioso), k’olis (pelón), jojolkij (resbaladizo o lubricado).
Los mayismos son vocablos o giros de origen maya incorporados al sistema lingüístico, cuya estructura ha sido modificada por influencia de las leyes fonéticas y morfológicas del español. Algunos ejemplos de sustantivos son: cenote (de ts’ono’ot), chaya (de chaay), espelón (xpéelon) frijol de la región, yuya (yúuyum). Ejemplos de verbos híbridos: xoch’ear (de xooch’, lechuza y –ear, terminación); chechonear, es lloriquear (de chéech, llorón); chicolear, joch’obear, chalear, chuchulear. Locuciones verbales: ko’ox-virar (cambiar de bando), hacer kuuch (cargar a cuestas), hacer léets’ (lamer, zalamear). Voces híbridas o hibridismos: ch’óop-calle (calle ciega), chiba-luna (mancha o rodal de piel), sascabera (de saskab, tierra blanca más –era) cueva; chocolomo (de chokoj, caliente y lomo); xich’oso (de xiich’, nervudo más -oso, condición).